¿Ha fracasado Puigdemont o ha subido otro escalón en el camino soberanista?
Los medios nacionales e internacionales, Europa, EEUU, y hasta la ONU, anuncian el fracaso de Puigdemont y su gobierno mientras aplauden la aplicación del 155 que finiquita la supuesta incertidumbre.
Para el mundo lo de Puigdemont en Bruselas es un show, un engaño más dentro del circo catalán donde Oriol Junqueres nada y guarda la ropa mientras la CUP se aferra a un ideal que quizás no compartan sus socios. Es posible que el expresident acabe condenado a 6 o 7 años dentro de mucho tiempo, cumpliría 3 como máximo y dependiendo del Gobierno de turno y de las circunstancias no sería de extrañar que cumpliese uno o dos o que fuese indultado ¿Su esfuerzo habría valido la pena?
La realidad es que Cataluña era un lugar en la costa española donde se había celebrado una olimpiada hace años. Hoy no hay nadie en el mundo que sepa señalar a España en el mapa y no sepa situar a Cataluña. Todos saben que hay una parte de España que quiere ser nación independiente como los corsos, los flamencos o los kurdos, por ejemplo. Un esfuezo de difusión que duró años y se construyó sobre la base de que una mentira repetida muchas veces acaba pareciendo realidad o sembrando dudas.
Para el mundo lo de Puigdemont en Bruselas es un show, un engaño más dentro del circo catalán
Los engaños eran tan burdos que pocos constitucionalistas dudaron de su fracaso minosvalorando así el adoctrinamiento y el control de los medios de comunicación que se estaba produciendo. Para dar énfasis al problema, los secesionistas llamaron franquistas y hasta nazis a los partidarios de los caminos legales, cuando es sabido que el fascismo se caracteriza por romper con las leyes vigentes y hacer otras a su medida, justo lo que hicieron los sediciosos. Los cerca de dos millones de independentistas ya adoctrinados y la continuidad de la labor en colegios, institutos, universidades, donde dominan el 50% del profesorado, más televisión radio, prensa e Instituciones, hace pensar que es cuestión de tiempo, quizás una legislatura más si el Estado se lo permite como hasta ahora.
Nada importa que Artur Más pidiese una amplia mayoría que no obtuvo o convocase elecciones plebiscitarias que perdió en votos como le recordó Bolaños (CUP), Puigdemont vuelve a insistir que Rajoy cumpla con el plebiscito que suponen las elecciones del 21-D como lo cumplirá él, algo curioso porque podría empezar por cumplir el actual, el que perdió Más y le aupó a él a la presidencia. Subir escalones es cosa de tenacidad y no de razones y por eso declara la independencia con el 35% de los catalanes imponiéndose al otro 65%, cifra mágica que se repite el 9-N, el 1-O, o en las elecciones. Parece evidente que cuando declaran la secesión con un referéndum que voto el 38% sin censo ni control ni recuento, saben que no prosperará, algo que se acaba de descubrir en conversaciones grabadas a colaboradores de Junqueres, pero será un escalón más hacia el objetivo.
Catalanes que solo ven en el referéndum el final a todo esto, se hayan reducido a la tercera parte y que el odio creado artificialmente haya desaparecido
En España hay dos líderes aclamados por su coherencia, Albert Rivera e Inés Arrimadas, aunque a la hora de depositar el voto hay un descenso desde la simpatía y valoración a la costumbre del hábito, algo que ya empieza a cambiar en las encuestas porque es Ciudadanos el que viene advirtiendo que no se puede consentir el adoctrinamiento escolar (se abstuvo el PP y votó en contra el PSOE), la televisión sectaria, las actuales leyes electorales, los aforamientos, o las decisiones tardías (pidieron el 155 el 6 de septiembre), pero el postureo y la campaña permanente que reina en España no ha permitido avanzar en ese sentido aunque cada vez más gente comparte ese criterio.
Podemos se está fragmentando entre independentistas, lo que no les dará más votos porque para eso ya tienen a ERC, y los españolistas republicanos que están siendo absorvidos por el PSOE hasta hacerles descender ya 1/3 en intención de voto como castigo a la mala gestión del problema catalán. Quizás la clave esté en el nuevo partido que se está formando con deacontentos del PDCat y la antigua UDC de Durán y Lleida, todos nacionalistas pero constitucionalistas y críticos del Process.
La victoria no está garantizada para los costitucionalistas pero si cercana. No es suficiente ganar en votos, deben ganar también en escaños si hay sentido de estado porque es necesario unirse para que la sociedad catalana pueda enterarse del engaño a que ha sido sometida desde la mentira y el adoctrinamiento, y no será fácil, costará años pero al final de la legislatura el numero de catalanes que solo ven en el referéndum el final a todo esto, se hayan reducido a la tercera parte y que el odio creado artificialmente haya desaparecido. @mundiario
