La guerra contra las drogas en Filipinas deja 1.900 muertes en dos meses

Drogas. / Pixabay
Drogas. / Pixabay

El presidente Rodrigo Duterte ha cumplido su palabra, en campaña electoral aseguraba que en seis meses acabaría con las drogas "matando a criminales si hace falta", pero la ONU lo amenaza con sanciones.

La guerra contra las drogas en Filipinas deja 1.900 muertes en dos meses

El nuevo presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte aseguraba en campaña electoral que erradicaría el problema de drogas en su país. Hoy por hoy, la promesa se ha materializado, al menos 1.900 personas están muertas por sus medidas de seguridad y grupos de vigilancia que patrullan las ciudades del país. Entre narcotraficantes y consumidores han sido abatidos ya que, según el mandatario, acabará con las drogas en seis meses "matando a los criminales si hace falta".

Por su parte, organizaciones de derechos humanos y representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU) han criticado y se han alarmado por esta particular guerra que parece no terminar para el gobernante. La organización Human Rigths Watch (HRW) ya ha pedido que el Gobierno rinda cuentas por el aumento de la violencia policial. Por ahora los datos muestran que 756 personas "que ofrecieron resistencia" han sido abatidas y 1.100 fallecidos son consecuencia de grupos informales de vigilancia que "están siendo investigados" ha afirmado Ronald Rosa, Jefe policial. Además se han dado 11.000 detenciones y 670 personas entregándose voluntariamente.

Entre los más "preocupados" son los Estados Unidos al ser uno de los principales aliados del país. También expertos de la ONU advierten posibles ejecuciones extrajudiciales de inocentes al tener la policía "licencia para matar" por lo que en conjunto con la Unión Europea han amenazado a Duterte con un grave "perjuicio diplomático y económico", menciona Phelim Kine de HRW.

A pesar de las presiones y la oposición el presidente filipino parece no enterado, ya que ha dejado claro que no piensa abandonar su lucha contra la droga y delincuencia por lo que ha cargado en contra de todos sus críticos afirmando que si interfieren en su campaña "podrían ser asesinados" por bloquear "los esfuerzos destinados a mejorar el país". La respuesta de la ONU ha sido inmediata tachando de "inútil" su táctica y amenazó de sacar a Filipinas de la organización, por lo que el ministro de Asuntos Exteriores se ha visto obligado a salir a reafirmar el compromiso de su país con Naciones Unidas.

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