García-Page no quiere que su pacto con Podemos lleve a pactos más grandes

Emiliano García-Page y José García Molina, del PSOE y Podemos, respectivamente. / Twitter
Emiliano García-Page y José García Molina, del PSOE y Podemos, respectivamente. / Twitter

El presidente de Castilla-La Mancha siempre fue uno de los dirigentes del PSOE que se opuso a cualquier cercanía de posturas entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez.

García-Page no quiere que su pacto con Podemos lleve a pactos más grandes

Emiliano García-Page es probablemente uno de los rostros más visibles del movimiento antipodemita en las filas del PSOE. El líder de los socialistas en Castilla-La Mancha, contrario a lo que han dicho dirigentes de Podemos, ha asegurado durante la toma de posesión de José García Molina e Imaculada Herranz, ambos dirigentes morados, como vicepresidente y consejera de dicha comunidad, respectivamente, que el proyecto que ambos partidos han acordado para este gobierno no tiene que ser extrapolable a otras comunidades. Sus palabras chocan de lleno con las de los líderes de Podemos, quienes ven en este acuerdo el primer paso a cosas más grandes.

García-Page dio las gracias a los dirigentes morados que llegaron al acto, encabezados por Pablo Echenique, secretario de Organización del partido emergente. De paso, celebró que ambos partidos colaboraron para desbloquear los presupuestos de la comunidad, que estaban congelados desde abril de este año. "A colación de esas circunstancias hemos replanteado una situación política que va a traer como consecuencia que este mes tengamos el presupuesto aprobado y tengamos iniciados los trámites del presupuesto para 2018", explicó, dejando claro que esta decisión fue esencial para la formación del nuevo Gobierno.

Para el dirigente, las cuentas con un "instrumento determinante" para alcanzar las metas ofrecidas en los actos públicos pues las hacen objetivos "realmente" alcanzables. "Quiero dejar muy claro que el objetivo de este Gobierno es llegar a la meta comprometida hace dos años ante la ciudadanía", explicó. De paso, aprovechó para criticar la proposición de "certificado final de la crisis". "No estoy de acuerdo", dejó claro antes de advertir de que se puede condenar a un porcentaje "elevado" de la ciudadanía a ser víctimas crónicas de la crisis de la última década.

"Este es un Gobierno para todos y para todas. Aunque esté el PSOE y Podemos, están por delante los intereses de los ciudadanos pero con mucha claridad y eso lo saben los consejeros que lo han sido conmigo desde hace mucho tiempo", apuntó. Así, reconoció que era necesario establecer prioridades políticas, pero también pidió que "nadie se engañe es el Gobierno de todos".

Finalmente, dio el golpe a los dirigentes de Podemos, entusiasmados pues ven este gobierno como la primera consumación de la cercanía de posturas entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. García-Page dijo que el acuerdo puesto en marcha en Castilla-La Mancha "no tiene por qué ser exportable" y pidió a todos los presentes que no sacaran conclusiones "de ningún tipo". "Es un Gobierno positivo", explicó puesto que sería una imprudencia pasar de los problemas de la región. "Si un determinado ordenamiento no gusta se intentará modificar o no influir para que se cambie, pero las leyes se cumplen, incluso las más obscenas como las de la ortodoxia económica".

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