Estados Unidos baja la guardia y vuelve a poner el diálogo sobre la mesa de Corea del Norte

Donald Trump y Kim Jong-un.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos y Kim Jong-un, líder supremo de Corea del Norte. / RR SS

Washington ha anunciado que está dispuesto a abrir la puerta a un “diálogo directo y sin condiciones previas”.

Estados Unidos baja la guardia y vuelve a poner el diálogo sobre la mesa de Corea del Norte

Estados Unidos vuelve a bajar la guardia. La vía diplomática sigue estando en el aire como alternativa para evitar un choque de trenes. Al menos eso es lo que parece. Esta semana Washington ha decidido pasar de los ataques contra Corea del Norte y ha colocado –una vez más- la posibilidad de dialogar sobre la mesa. Y esta vez hay algo diferente en la propuesta: la nación norteamericana está dispuesta a ceder.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, ha anunciado este martes una jugada inesperada en medio del conflicto. Lejos de reafirmar la postura desafiante del presidente Donald Trump, que ha amenazado con “destruir por completo” la nación asiática, el delegado ha pedido un “periodo de calma” y por primera vez ha ofrecido un “diálogo directo y sin condiciones previas” al régimen de Kim Jong-Un.

Un revés excepcional que parece indicar que algo se mueve dentro de la Casa Blanca, y no precisamente al ritmo que toca el magnate neoyorquino. Hasta ahora el país no había descartado una eventual negociación con su adversario, pero siempre con una exigencia clara: Pyongyang debe renunciar a su avanzado arsenal nuclear. Sin embargo, ahora Tillerson ha cambiado la jugada y ha dado la llave a norcorea para elegir los términos de un posible acuerdo.  “Veámonos y empecemos a trazar una hoja de ruta”, clamó el representante.

El jefe de la diplomacia lo tiene claro: “No es realista decir que solo pueden hablar si vienen a la mesa listos para renunciar a su programa. Han invertido demasiado en él”, afirmó. Por eso ahora EE UU tiene un nuevo plan. “Estamos dispuestos a hablar con Corea del Norte en el momento que quiera. Estamos dispuestos a una primera reunión sin condiciones previas. Veámonos y hablemos del tiempo si hace falta o de si la mesa debe ser redonda o cuadrada, y luego empecemos a trazar una hoja de ruta”, agregó Tillerson.

Además, es importante tomar en cuenta otros dos factores determinantes en la historia: la amenaza real que representa Corea del Norte para la nación norteamericana y el papel de China. Para entender la magnitud del primer caso solo basta con repasar el último lanzamiento balístico de Pyongyang, un potente misil capaz de llegar a cualquier parte de EE UU que ha encendido todas las alertas. El segundo caso tiene aún más peso. Teniendo en cuenta que cualquier logro diplomático depende de la colaboración de Pekín, no resultaría una sorpresa que Trump, por medio de Tillerson, esté buscando complacer al actor clave.

El propio jefe de Estado ha revelado que las conversaciones con el gigante asiático están bastante avanzadas. Según Tillerson, en caso de un conflicto o colapso del régimen de Pyongyang, Estados Unidos, se ha comprometido con China a alejarse de la frontera norcoreana. Con este punto definido, el único eslabón suelto sería el futuro de las armas nucleares. Washington también ha sido claro en ese sentido: solo les interesa evitar que caigan “en manos indeseables”. @mundiario

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