España, invitada al máximo nivel a Cuba por detrás de EE UU, Francia e Italia
Madrid aceptó la invitación de La Habana para que el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, visiten la isla "lo antes posible". Será la primera visita de alto nivel de autoridades españolas a Cuba en casi dos décadas. En Cuba otros van por delante.
Tal vez porque más vale tarde que nunca, España fue –al fin– invitada al máximo nivel a Cuba por detrás de EE UU, Francia e Italia. Estos dos últimos países tomaron, de hecho, la delantera a España en América Latina. Tanto fue así que ya Hollande y Renzi fueron los primeros mandatarios europeos recibidos en Buenos Aires por Macri. Lo mismo sucedió con la nueva Cuba de Raúl Castro, al hilo del restablecimiento de relaciones entre Washington y La Habana.
Madrid aceptó en estas condiciones la invitación de Cuba para que el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, visiten la isla "lo antes posible". Será la primera visita de alto nivel de autoridades españolas a Cuba en casi dos décadas. Sería absurdo que España, tal vez ensimismada por la crisis, no siguiese sus pasos para volver a ser vanguardia en Cuba.
Entre Cuba y España hay ya muchos intereses económicos, del mismo modo que importantes lazos personales. Pero las relaciones diplomáticas no están al mismo nivel, no solo por la falta de diálogo político entre Raúl Castro y Mariano Rajoy, sino también por los recientes incidentes diplomáticos, en los que la imagen de España no ha salido bien parada.
Pero ahora lo que toca es mirar adelante. De ello dependen las vidas de muchas personas y también el progreso de numerosas empresas de ambos países. España ya es un inversor clave en la isla, sobre todo en el turismo, pero las oportunidades que se abren para modernizar una economía anclada en el pasado exigen nuevos esfuerzos. Para España no es suficiente que sus intereses en Cuba los represente Bruselas.
Detrás de todas estas cosas de la diplomacia, la política y la economía hay personas. En España viven unos 130.000 cubanos, sumando los 50.000 empadronados y los alrededor de 80.000 nacionalizados. La mayoría reside en Canarias, otros en Galicia, Asturias, Madrid y Cataluña, preferentemente. Son también las comunidades de donde proceden los cientos de miles de españoles que emigraron a Cuba a lo largo de la historia.