Donde otros republicanos temen pisar: por qué hablé con el AFL-CIO

Trabajadores de Correos. / Foto Facebook AFL-CIO
Trabajadores de Correos. / Facebook AFL-CIO

El precandidato republicano Mike Huckabee se sitúa en este artículo del lado de los obreros estadounidenses y afirma no ser el candidato de Wall Street.

Donde otros republicanos temen pisar: por qué hablé con el AFL-CIO

El candidato a la presidencia del Partido Republicano y futuro aspirante a convertirse en presidente de Estados Unidos en 2016 Mike Huckabee se sitúa en este artículo del lado de los obreros estadounidenses y afirma no ser el candidato de Wall Street.

En mi campaña para presidente, voy a donde otros republicanos temen pisar. Me he dirigido a líderes hispanos en Texas, a los feligreses afroamericanos en Carolina del Sur, y esta semana soy el único candidato republicano en hablar en la reunión del consejo ejecutivo de la AFL-CIO (Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales).

Muchos en la derecha y la izquierda se preguntan, "¿Por qué va Huckabee allí?"

La respuesta es simple: Dios no eleva a una persona sobre otra. Por cada estadounidense - hombre o mujer, blanco o negro, joven o viejo, rico o pobre - vale la pena luchar. Soy republicano no porque crecí rico. Yo no vengo de una dinastía familiar, sino de una familia trabajadora. Crecí siendo un blue collar (expresión que se refiere a un trabajador u obrero en lo más bajo de la jerarquía de una empresa), no de sangre azul. He estado luchando para el olvidado mucho antes de que se convirtiese en moda- sobre todo en el Partido Republicano.

No voy a estar de acuerdo con la AFL-CIO en todo, pero estoy de acuerdo en que los trabajadores estadounidenses han estado recibiendo puñetazos en el estómago y patadas en los dientes. Durante los últimos 40 años, los salarios del 90% de los estadounidenses han sido planos. Desde el año 2000, hemos perdido 5 millones de empleos en la manufactura y cerrado 60.000 plantas de fabricación. Hoy tenemos 46 millones de estadounidenses que dependen de los cupones de alimentos del gobierno. Esto no es una recuperación.

Los políticos hablan de una economía "en auge". Tal vez es porque seis de los diez condados más ricos de América rodean Washington a pesar de que no producen nada que no sea el gobierno. Nunca voy a ser el candidato de Washington-Wall Street. Después de todo, estoy luchando por los estadounidenses que han sido bloqueados y dejado atrás.

Me siento orgulloso de estar con los trabajadores de Estados Unidos en contra del reciente acuerdo ObamaTrade. Si este acuerdo era tan bueno, ¿por qué el Congreso agrega miles de millones para ayudar a los trabajadores estadounidenses que perderán sus puestos de trabajo? Debemos rechazar ofertas comerciales malas que importan mano de obra barata y conducen a salarios más bajos que el Mar Muerto.

Como presidente, aplicaré acuerdos que hagan crecer la economía de Estados Unidos, no la de China. Voy a hacer fuerte a todos los hombres y mujeres estadounidenses que trabajan duro por la prosperidad de Estados Unidos, no sólo a las élites de Washington-Wall Street. Pero el comercio no es sólo una cuestión económica, es un asunto de seguridad nacional.  Estados Unidos debe ser capaz de alimentar, aprovisionar y luchar por sí mismo, ya que cualquier nación que no puede hacerlo no permanecerá próspera o libre.

Nunca podremos crear prosperidad para las personas que trabajan, sacar a nuestra economía del pozo sin fondo de la deuda, y devolver a América de nuevo a la economía más grande en la tierra si castigamos la productividad y subvencionamos la irresponsabilidad temeraria. Es hora de que pasemos al FairTax (impuesto justo) para que los trabajadores mantengan su salario. El FairTax sería reinvertir 11000 mil millones de dólares que están aparcados en alta mar, hacer crecer nuestra economía y crear buenos empleos para los trabajadores estadounidenses. Es hora de terminar con los grandes rescates del gobierno y finalmente eliminar al matón más grande en América: el IRS (Agencia federal encargada de la recaudación fiscal y del cumplimiento de las leyes tributarias).

También voy a proteger a la Seguridad Social y Medicare de la tercera edad y nunca robar de lo que nuestro gobierno les prometió y les obligó a pagar. Es completamente inmoral cambiar las reglas al final del juego privando a la tercera edad de sus beneficios ganados con tanto esfuerzo. No podemos cortar o gravar nuestra manera de salir de este lío - ​​tenemos que hacer crecer nuestra salida. Eso nunca sucederá si intentamos y hacemos que la tercera edad, quienes se movieron bajo las reglas, sean los que expíen los pecados de los políticos de Washington.

Los Republicanos deben hacerlo mejor entre los hispanos, afroamericanos y los hogares sindicales para volver a ganar la Casa Blanca en 2016. Pero esto es más que sólo “políticas presidenciales”. Washington divide América horizontalmente: derecha-izquierda, republicano-demócrata, conservador-liberal. Yo creo que la mayoría de los estadounidenses piensan verticalmente. ¿Quién va a llevar hacia arriba a este país y quién lo llevará hacia abajo? Es por eso que estoy en la carrera por la presidencia, para llevar a América hacia arriba, desde la esperanza a tierras más altas.


 
Artículo original publicado en el blog de Mike Huckabee

 

Where Other Republicans Fear To Tread: Why I Spoke To The AFL-CIO

In my campaign for president, I go where other Republicans fear to tread. I’ve addressed Hispanic leaders in Texas, African-American churchgoers in South Carolina, and this week I’m the only Republican candidate to speak at the AFL-CIO’s executive council meeting.

Many on the right and left ask, “Why does Huckabee go there?”

The answer is simple: God doesn’t elevate one person over another. Every American – man or woman, white or black, young or old, rich or poor — is worth fighting for. I’m a Republican not because I grew up rich. I don’t come from a family dynasty, but a working family. I grew up blue collar, not blue blood. I’ve been fighting for the forgotten long before it was the cool thing to do — particularly in the GOP.

I won’t agree with the AFL-CIO on everything, but I do agree that American workers have been getting punched in the gut and kicked in the teeth. For the last 40 years, wages for 90 percent of Americans have been flat. Since 2000, we have lost 5 million manufacturing jobs and closed 60,000 manufacturing plants. Today we have 46 million Americans dependent on government food stamps. This is not a recovery.

Politicians speak of a “booming” economy. Maybe that’s because six of the ten richest counties in America surround Washington even though they produce nothing other than government. I’ll never be the Washington-Wall Street candidate.  After all, I’m fighting for Americans who have been locked-out and left behind.

I’ve been proud to stand with America’s workers against the recent ObamaTrade deal. If this deal was so good, why did Congress add billions to help American workers who will lose their jobs when it passes? We must reject bad trade deals that import cheap labor and drive wages lower than the Dead Sea.

As president, I’ll enforce trade deals that grow America’s economy, not China’s. I’ll empower all hardworking American men and women to share in America’s prosperity, not just Washington-Wall Street elites. But trade is not just an economic issue, it’s a national security issue. The United States must be able to feed, fuel and fight for itself, because any nation that can’t do so will not remain prosperous or free.

We can never create prosperity for working people, grow our economy out of the bottomless pit of debt, and move America back to the greatest economy on earth if we punish productivity and subsidize reckless irresponsibility. It’s time we pass the FairTax so workers keep their entire paycheck. The FairTax would reinvest $11 trillion that’s currently parked offshore, growing our economy, and creating good jobs for American workers. It’s time we end big government bailouts and finally eliminate the biggest bully in America: the IRS.

I will also protect Social Security and Medicare and never rob seniors of what our government promised them and forced them to pay for. It’s completely immoral to change the rules at the end of the game depriving seniors of their hard-earned benefits. We can’t cut or tax our way out of this mess — we have to grow our way out. That will never happen if we try and make seniors who played by the rules atone for the sins of Washington politicians.

Republicans must do better among Hispanics, African-Americans, and union households to win back the White House in 2016. But this is more than just presidential politics. Washington divides America horizontally: right-left, Republican-Democrat, conservative-liberal. But I believe most Americans think vertically. Who’s going to take this country up and who will take it down? That’s why I’m running for president — to take America up, from Hope to Higher ground.

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