Donald Trump pide información sobre Venezuela y Centroamérica a expertos

Donald Trump. / Facebook.
Donald Trump. / Facebook.

El presidente electo dirige su mirada al istmo y al país caribeño, contrincante jurado de Estados Unidos desde hace años. Se asesoró con exfuncionarios y exembajadores de aquellos países.

Donald Trump pide información sobre Venezuela y Centroamérica a expertos

Se ha ganado el odio y el miedo de los inmigrantes con sus acalorados y extravagantes discursos de campaña, se ha cargado la economía mexicana y el valor de su moneda, podría echar por los suelos las lentamente renacidas relaciones con La Habana y ahora va por más. El hambre antidiplomacia de Donald Trump parece ser insasiable y esta semana se confirmó una maniobra que ha despertado el interés, tal vez más adelante alarmas, de países que hasta ahora se habían movido debajo de su radar: Venezuela y Centroamérica.

En el corazón de Nueva York, en la torre que lleva su nombre, el presidente electo de Estados Unidos celebró una reunión para informarse sobre la situación de la república bolivariana y de Guatemala, Honduras y El Salvador -los integrantes del triángulo norte-, en la que expertos, exfuncionarios y exdiplomáticos le asesoraron sobre la actual coyuntura de la región. Especial atención le habrá puesto a los países del istmo, uno de los principales caudales de inmigrantes que pasan la frontera que el magnate ha prometido hasta el cansancio en cerrar definitivamente y construir un muro, aunque últimamente rebajó esa promesa a una valla.

Dentro del séquito que conversó con Trump en su oficina en la ciudad que nunca duerme se encuentra Julio Ligorría, quien fue titular de la embajada de Guatemala en norteamérica entre 2013 y 2015, así como Freddy Balsera, una cara conocida en el Partido Demócrata tras haber fungido como asesor de Barack Obama en asuntos conscernientes a la política de América Latina pero igualmente un viejo conocido del rubicundo futuro mandatario. Al cónclave se unieron Carlos Giménez, mano derecha del empresario en el estado de Florida, y David Duckenfield, otrora subsecretario de Estado adjunto en la administración del actual mandatario demócrata.

El exdiplomático guatemalteco se encargó de poner al presidente electo al tanto de la situación que corroe actualmente a su país y a sus dos vecinos ya mencionados, de donde el tránsito de inmigrantes desató una crisis fronteriza para los últimos tiempos de la administración Obama. Ligorría le expresó la urgencia de mejorar "las políticas públicas" que dan pie a maniobras y ejercicios corruptos, al igual que el fortalecimiento de los sistemas judiciales, ambas esenciales si el empresario quiere reducir los saltos a la frontera, según cita EL PAÍS.

Trump siempre ha mostrado que no tiene planeado que una sola hoja caiga de un árbol en el mundo si no es su perfecta y agradable voluntad, por lo que los relatos y consejos de Ligorría no le tomaron desprevenido. El asesor y consultor guatemalteco aseguró a EL PAÍS que la imagen en privado de Trump es mucho menos pesada y polémica que la que ha desatado en púnlico. Aquel diario asegura que Ligorría vio en el magnate a un hombre "bastante distendido, receptivo, muy amigable y positivo". Vale mencionar que Trump esperaba a otra visita importante, a la que a la larga no permitió entrar: nada menos que Marine Le Pen, la gran líder de la ultraderecha de Francia. La sesión duró 20 minutos, que pueden considerarse un privilegio tomando en cuenta la larga lista de citas en espera que tiene el hombre.

"Estaba muy interesado en saber nuestra opinión de lo que está pasando, de lo que va a pasar y lo que falta por pasar", citó EL PAíS a Balsera. Desde ya, Trump parece ir tomando armas contra el régimen de Nicolás Maduro, pues en la reunión habría inquirido sobre la actual situación de Leopoldo López y Antonio Ledezma, jefe de la comuna de Caracas, dos de los presos políticos más célebres de la república bolivariana por su ejercicio opositor al régimen chavista.

Pero el cono sur de América parece tener varios terrenos desconocidos para el magnate, pues también quiso informarse lo mejor posible sobre Argentina, que tras salir de años enteros bajo el dominio de los Kirchner está empezando a buscar un nuevo acercamiento con Washington con Mauricio Macri, el nuevo jefe de Estado.

Respecto a México, el país que más ha sufrido tanto retórica, como económica y políticamente los disparates de Trump, el séquito de asesores y consultores dejó claro a EL PAÍSque ese se trata de un tema en el que el presidente electo marcha solo. Balseras, no obstante, defendió su estrategia aunque no la comparte.

"Ahora que es nuestro presidente, me parece muy importante que busquemos la forma de trabajar, de cooperar con él, de tener nuestra voz presente en las conversaciones que estén tomando lugar sobre los hispanos aquí o sobre Latinoamérica", le dijo al ya mencionado medio. "Si queremos influir en sus pensamientos y en su política, tenemos que tener algún tipo de interacción con el señor Trump", añadió. @hmorales_gt

 

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