Clinton se prepara para el reto de nivelar fuerzas con el discurso de Trump

Hillary Clinton, candidata a la presidencia por el Partido Demócrata. / RRSS
Hillary Clinton, candidata a la presidencia por el Partido Demócrata.

El populismo del empresario republicano tiene en trance a los estadounidenses. La candidata demócrata trabaja para competir con un hombre sin ningún tipo de límite en sus palabras. 

Clinton se prepara para el reto de nivelar fuerzas con el discurso de Trump

La Convención Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) sirvió como plataforma y adelanto para lo que será el discurso y estrategia de Hillary Clinton en su campaña presidencial contra su homólogo republicano. Durante su coronación como candidata presidencial en Filadelfia, la exprimera dama dejó muestras de cómo atacará a Donald Trump, su gran contrincante por la Casa Blanca, y cuyo discurso populista ha sido toda una sensación desde el primer momento. La integrante del Partido Demócrata etiquetó al neoyorquino como un hombre autoritario, una seria amenaza a los valores de su país, un empresario sin escrúpulos en el trato de sus empleados y un absoluto ignorante sin ningún conocimiento de cómo liderar a un país. Pese a todos esos defectos nadie ha encontrado una manera de detener al magnate, polémico, provocador e impredecible.

La carrera por la titularidad del Ejecutivo Federal en Estados Unidos ha entrado en una nueva etapa. Habiendo elegido ambos grandes partidos a sus respectivos candidatos, la incertidumbre y, probablemente, la emoción la pondrá el del Partido Republicano. De manera sorprendente, Trump consiguió hacer trizas a los 16 rivales que le salieron al paso durante el proceso interino de elección pese a sus insultantes discursos y los denigrantes adjetivos con los que tildó a políticos, jueces, mujeres y todo aquel que se le atravesara. La clase media está en vilo ante el peligro de que un hombre con temperamento propio de quien ha sido protagonista de programas de telerrealidad, revistas de notas rosas, dueño de casinos y grandes rascacielos sea quien dirija los hilos de su país.

Al principio, sus rivales le ignoraron, confiados en su inexperiencia en el ámbito político. Se dice eso de hombres con amplio palmarés en la política. Lo que pensaron que era un simple fenómeno y espectáculo empezó a consolidarse de a poco, y el temor a ser víctimas de sus burlas les impidió responderle. Para cuando se decidieron a enfrentarse a él, ya era demasiado tarde. El ascenso de Trump era impresionante e imparable.

A lo largo de su campaña, Clinton deberá verse cara a cara con Trump en foros y debates. El reto de encontrar un método para minimizar la euforia que causan sus alebrestados discursos es gigantesco, pero durante su aparición en Filadelfia dejó ver algunas pistas. 

"Sólo yo puedo arreglarlo", proclamó Trump la semana pasada en Cleveland en relación a la ola de violencia y terror que recorre todo su país. Clinton no tardó en replicar la arrogante aseveración de su gran rival. "Los americanos no dicen: ‘Sólo yo puedo arreglarlo", advirtió. "Decimos: ‘Lo arreglaremos juntos’. Recordad: nuestros fundadores lucharon en la revolución y escribieron una Constitución para que América nunca fuese una nación donde una persona tuviese todo el poder", continuó en su discurso la esposa del expresidente Bill Clinton.

Para asegurar su posición como una seria opción para contrarrestar la violencia y el pánico que supuestamente invade a los estadounidenses, Clinton tuvo como invitado a la convención a John Allen, general de los marines. Allen aduló las virtudes de liderazgo de Clinton para ejercer como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en contraste con las disparatadas propuestas de Trump, quien entre otras cosas ha amenazado con ignorar deliberadamente los pactos que obligan a su país a defender a los países miembros de la OTAN y de promover métodos de tortura. 

El éxito empresarial de Trump ha sido uno de sus grandes escudos y justificadores durante la campaña. Clinton aprovechó para recordar que con sus casinos y hoteles en Atlantic City, Nueva Jersey, llevó a la quiebra a pequeños empresarios y proveedores pues se negó a pagarles lo que les debía. De igual forma dijo que su discurso xenófobo no tenía fundamentos verídicos pues todos sus productos son hechos en China, México, India y Turquía. 

"Pierde los papeles a la mínima provocación… Imaginadlo en el Despacho Oval enfrentándose a una crisis de verdad" atacó la demócrata. Posteriormente citó las palabras del fallecido John F. Kennedy de 1962 en el que el temor por la guerra de los misiles era que la realizaran "no unos grandes hombres con autocontrol y cautela, sino unos hombres pequeños, a los que mueve el miedo y la vanidad".

Su irreverencia, racismo y xenofobia ilustran claramente que Trump no entiende por qué América es grande, según Clinton. "Todo se resume en lo que Donald Trump no entiende: que América es grande porque América es buena", manifestó. Así, la estrategia de la izquierdista para la campaña presidencial es clara: apelar al patriotismo para contrarrestar a un xenófobo. @hmorales_gt

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