El chavismo se avergüenza de sí mismo y peligra en los comicios regionales

Héctor Rodríguez (centro), con una camisa celeste en un acto de campaña. / Twitter.
Héctor Rodríguez (centro), con una camisa celeste en un acto de campaña. / Twitter.

Los candidatos a gobernadores de los 23 estados se distancian de sus líderes y hasta de Hugo Chávez a fin de evitar una humillante derrota este domingo.

El chavismo se avergüenza de sí mismo y peligra en los comicios regionales

Conscientes de que su ascendencia los condena a una derrota casi segura, los candidatos chavistas para gobernadores de los 23 estados que conforman Venezuela han decidido desligarse abiertamente de Nicolás Maduro, actual presidente del país, e incluso del mismo Hugo Chávez, el fallecido comandante y tótem del régimen que tiene a la república bolivariana en su actual crisis generalizada. El mismo jefe de Estado sabe que su nombre y su rostro no hacen sino generar anticuerpos en el electorado, por lo que en la víspera de los comicios, programados para este domingo 15 de octubre, decidió volar a Rusia, Bielorrusia y Turquía, a fin de estorbar lo menos posible.

Uno de los rostros de esta disidencia teatral es Héctor Rodríguez, quien compite por el Estado de Miranda. El joven aspirante aparece en las vallas propagandísticas sin el uniforme oficial del régimen, es decir, una camisa roja con las siglas PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela, el partido oficialista) como principal elemento de la misma. Al contrario, Rodríguez viste una camiseta de otro color y con las iniciales de su agrupación apenas visibles en una de las esquinas del anuncio. Los candidatos del oficialismo están al tanto que la oposición lleva todas las de ganar, por lo que cualquier sacrificio vale con tal de evitar una humillante derrota, aun a costa de renegar de sus propios orígenes.

Es tal el rechazo que generan sus grandes figuras, que Maduro mismo ha evitado pasearse con los candidatos en sus distintos actos de campaña. La semana pasada, mientras sus camaradas revolucionarios rondaban el país en plenos circuitos proselitistas, él tomaba vuelo a Rusia, Bielorrusia y Turquía con la intención de mendigar el dinero que necesita para cubrir las sanciones que impuso Washington el mes pasado. Caracas ha puesto este asunto como su prioridad suprema, aun al punto que su cabeza ha dejado al país en vísperas de unos comicios elementales para el oficialismo.

Desde que se instalara en el poder, el chavismo hacía gala de camaradería en cada acto proselitista de los suyos. Chávez solía asistir en persona a los actos para dar su bendición al afortunado aspirante. Aquello ayudaba a que la gente conectara al nuevo rostro con su ídolo. Esa noble tradición ha quedado enterrada, como tantas cosas en Venezuela, por la actual Administración, que va camino de enterrar de forma definitiva al país. La nueva generación de candidatos no se atreve a presumir sus orígenes de ninguna forma.

La oposición en camino

Se trata de una campaña fuera del margen en el que acostumbra moverse el chavismo, que ha perdido la figura de un guía espiritual capaz de mover montes y ahora, en cambio, tienen a Maduro y Diosdado Cabello. Así, los candidatos han optado por otras formas de llamar la atención, que rozan con lo ridículo. Rafael Lacava, por ejemplo, candidato en el Estado de Carabobo, termina sus discursos con el torso desnudo e incluso acudió a una entrevista de televisión montado en burro, como imitando la entrada de Jesucristo a Jerusalén.

Esa teatralidad ha sido imitada por Yelitze Santaella, quien busca su reelección en Monagas. En una auténtica exhibición de circo, Santaella llegó a su mitin con guantes de boxeo y luego subió a un cuadrilatero dispuesto en el lugar para elegir a un oponente, quien era parte del espectáculo, y pelearon hasta fingir un KO. Ambas ocurrencias se han viralizado en las redes y la oposición ha optado por no prestarles más atención de la cuenta. Henrique Capriles, excandidato presidencial y gobernador de Miranda, criticó las puestas en escena de ambos candidatos. "Acabaron con todo y encima les parece un chiste", dijo.

Lo más lamentable para Venezuela, es que quienes no concuerdan con los disparates chavistas tampoco cuentan con una opción sólida del otro lado. La oposición del país nunca ha ocultado sus frentes abiertos y divisiones, los cuales se han precipitado a raíz de estas elecciones, pues una parte del núcleo fuerte de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD, coalición de los partidos opositores) han criticado que la oposición vaya a presentarse a competir en estas elecciones. Con todo, la gente está harta del oficialismo, por lo que pese a los pleitos internos entre la MUD el electorado está dispuesto a castigar la ineficiencia del régimen el próximo domingo.

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