El derechismo centralista y unitario sueña que puede seguir deteniendo el tiempo
El derechismo –incluyendo la deriva felipista– sueña que puede seguir deteniendo el tiempo. El intento pasa por atraer ciudadanos, con minúscula y mayúscula, a la España que nunca existió.
En la iconoclasta Tourné de Dios, del olvidado Jardiel Poncela, el mismísimo Dios anuncia que descenderá “en el Centro de mi Centro”. Enigma pronto desvelado, cuando el mismísimo Dios baja al “madrileño” Cerro de los Ángeles.
Pero, no.
Caminamos hacia la libre unión de naciones y pueblos del Estado de una nación que nunca existió.
Estrecha es Castilla.
El derechismo centralista y unitario sueña que puede seguir deteniendo el tiempo.