¿Es capaz Donald Trump de dirigir una política efectiva en contra del terrorismo?

Donald Trump.
Donald Trump. / Flicker

El magnate Donald Trump fue la principal sorpresa del año en cuanto a la política mundial se refiere. Ya que ha ganado, no sabemos si cuenta con liderazgo mundial.

¿Es capaz Donald Trump de dirigir una política efectiva en contra del terrorismo?

Donald Trump logró llegar a la Casa Blanca con una estrategia muy poco tradicional, si bien no una que no conociéramos. Tanto su campaña, como su imagen, o su retórica, no se fueron en nada similares a nada conocido. Constituyeron siempre el tipo ideal de "outsider" de la política, que sale de la nada y barre a los demás. 

La pregunta del millón, una que lamentablemente no sólo incumbe a los estadounidenses, es hacia dónde se va a dirigir Estados Unidos, especialmente en política. 

En los asuntos políticos que atañen al mundo, es decir que no sean domésticos, Estados Unidos y el mundo en general se enfrentan a la amenaza terrorista más vigente del globo: el ISIS. Esta agrupación supone enfrentarse a la amenaza de una dispersada red terrorista que depende de reclutas solitarios que cometen horrendos crímenes en su nombre. ISIS no necesita tanta planeación o financiamiento. Cada uno de sus agentes puede decidir cómo y cuándo llevar a cabo un objetivo terrorista. 

La estrategia se ha modificado considerablemente. Esto no quiere decir que no existan objetivos concretos y de gran peso en el plan trazado por ISIS, pero es evidente que se ha dado preeminencia a los denominados "objetivos suaves", tales como mercadillos o clubes nocturnos, que usualmente no están en el foco de los grandes operativos de seguridad, y que por ende son más sencillos de atacar. 

A ello se suma el hecho de que para cometer un acto terrorista no es necesario estar en la jerarquía más alta de la organización, pues los ataques recientes han sido a menudo cometidos por individuos trastornados que han proclamado su fidelidad a ISIS, incluso si han tenido poca o nula conexión con el grupo.

Resulta innegable que los líderes mundiales han fallado estrepitosamente en hacer funcionar una estrategia efectiva para combatir las nuevas amenazas. Estados Unidos como líder indiscutible del concierto de naciones, representado a partir del 2017 por su nuevo Presidente, Donald Trump, necesita repensar las distintas medidas de seguridad para desarrollar una mejor estrategia de identificación de los individuos que puedan ser problemáticos.

También será crucial el redirigir las operaciones de seguridad hacia objetivos suaves y no simplemente hacia los grandes centros que ya cuentan con protección de sobra. Mientras esto no suceda, los ciudadanos del mundo no estaremos tranquilos. 

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