¿Están en la política los mejores especialistas en ver la paja en el ojo ajeno?

Parece que sí, que en la política están los mejores especialistas en ver la paja en el ojo ajeno, siempre negativos y situados de espaldas a la gente sin transmitir jamás optimismo.

El PSOE, por boca de Pedro Sánchez -también los sindicatos-, es ahora el encargado de ver negativo y erróneo todo lo que hace el PP. Las noticias que lleguen siempre serán malas y con un culpable: el Gobierno de Mariano Rajoy. Esta actitud no se diferencia en nada del discurso de Mariano Rajoy cuando era la oposición y Zapatero ocupaba el poder. Todo, absolutamente todo, y sin excepción, es malo y mal hecho por el que ocupa el poder.

Puede que sea cierto en líneas generales, pero en 8 años de crisis algo habremos hecho bien, o por lo menos regular, sin que esto niegue la posibilidad de que se pueda hacer mejor como afirman los políticos emergentes. Todo es malo: la Constitución es mala, todas las leyes son malas, todas las Comunidades Autónomas son discriminadas negativamente, o al menos es lo que afirman... Vivimos inmersos en un discurso catastrofista acompañado del "y tú más", que a veces resulta difícilmente soportable.

No podemos negar que todo se pueda hacer peor, pero si todo es malo y vivimos ahogados en malas noticias desde la oposición del momento, alguien tendrá el mérito de que haya otros peor que nosotros. No sé, quizás los españoles seamos tan buenos como nuestros deportistas. Lo que si podemos afirmar es que da envidia ver a otros países donde no se sabe lo que opina la oposición hasta que se reúne el Parlamento, no hay disciplina de voto ni unanimidad, las noticias y las leyes se debaten y se apoyan o modifican, pero libremente, sin el discurso de esos líderes catastrofistas. Todos sabemos que Obama es el presidente de todos los estadounidenses ¿pero quién es el jefe de los demócratas o de los republicanos? Nadie lo sabe aquí, pero tenemos la sensación de que son los electores.

Quizás deberían reunirse un día todos los partidos y encontrar algo de lo que se pueda hablar positivamente, al margen de las ideologías.