Zara terminó cediendo ante los trabajadores de su obra en la tienda de Zúrich

Trabajadores ante las obras de Zara en Zúrich. / Mundiario
Trabajadores ante las obras de Zara en Zúrich. / Mundiario

El sindicato Unia acusó a la marca española de dumping salarial y bloqueó una obra que promueve Zara en Zúrich. La prensa suiza arremetió contra Inditex.

Zara terminó cediendo ante los trabajadores de su obra en la tienda de Zúrich

La dirección de Zara, la primera marca de Inditex en el mundo, terminó cediendo ante los trabajadores de su obra en la tienda de Zúrich. Tras días y días de tensión, obras paralizadas e informaciones críticas con la empresa de Amancio Ortega en la prensa suiza, el sindicato Unia alcanzó un acuerdo con Inditex, formalizado desde Goa Invest. En resumidas cuentas, de las arcas de Amancio Ortega, el tercer hombre más rico del mundo, saldrán unos 370.000 euros para los trabajadores en concepto de atrasos y otros 123.000 euros para una ONG.

El sindicato Unia acusó a la marca española de dumping salarial y bloqueó una obra que promueve en pleno centro de Zúrich; concretamente en su milla de oro de Banhofstrasse.

Salarios de 900 euros, cuatro o cinco veces por debajo de lo estipulado en el convenio de la construcción en Suiza, y más de 60 horas de trabajo semanales, cuando el convenio habla de 40 horas, fueron los motivos de disputa entre Unia y los abogados contratados por Inditex.

Juan Carlos, miembro del sindicato Unia de Biel, advirtió de su situación a Xosé Abelenda, secretario sindical de Unia en la ciudad de Bienne. Así arrancó un conflicto que le ha costado a Inditex algo más que dinero.

Xosé Abelenda, sindicalista de Unia.

 

"Yo estaba perplejo con lo que veía en la documentación, no me lo podía creer", comentó a MUNDIARIO Xosé Abelenda. "Además de eso, la empresa les obligó a firmar falsos rapports de horas. Había extraños controles de inspección, parece que ya venían instruidos de España", añadió el sindicalista.

Dada esa situación "de explotación", Abelenda se afanó en reunir toda la documentación para probar los hechos y después informó a la Unia de Zurich, cuya dirección decidió paralizar la obra para lograr que se aplicase el convenio de la construcción y la legislación suiza, teniendo en cuenta, además, que "Goa Invest (Inditex) no había presentado la documentación requerida por la Unia con anterioridad".

Desde este martes, las obras se han reanudado y solo quedan por conocerse los detalles del acuerdo para que los trabajadores de la obra -entre ellos muchos españoles, sobre todo gallegos- cobren según las leyes vigentes en Suiza.

En Suiza no hay salario mínimo, pero sí convenios sectoriales de vigilancia estricta por los sindicatos. En el de la construcción, al cambio, no se baja de los 4.000 euros brutos, si bien de ese dinero hay que descontar varios gastos importantes, entre ellos el de la Seguridad Social.

Abogados de Inditex negaron las denuncias de manera categórica, pero lo cierto es que no pudieron evitar que los sindicalistas suizos parasen las obras de Zara.

Un revés para la buena imagen del grupo de Amancio Ortega
Inditex suele trabajar con proveedores gallegos, algunos de los cuales han adquirido un gran desarrollo internacional gracias a los contratos que les brinda el grupo de Amancio Ortega, el tercer hombre más rico del mundo. Al menos en otras ciudades, como Nueva York, Inditex cumplió las normas locales en materia salarial y laboral. Este caso de Suiza supone un revés para la buena imagen de Zara y podría dar lugar a la adopción de medidas que eviten situaciones así en el futuro.
Las denuncias en el exterior contra Inditex se habían centrado hasta ahora en las precarias condiciones laborales de algunos de sus proveedores de ropa, pero no tanto en las obras de sus tiendas, caracterizadas en general por su alto nivel arquitectónico.

 

 

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