El valor de la sardina: 5 razones para incluirla en tus comidas

Sardinas en un plato. / Leon Brocard
Sardinas en un plato. / Leon Brocard

Las vitaminas más destacables que podemos encontrar en la sardina son del grupo B, como la B12, B1 o Niacina, que permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos

El valor de la sardina: 5 razones para incluirla en tus comidas

En la mayoría de los hogares, al momento de consumir pescado los preferidos son mero, merluza, atún o pargo. Sin embargo, ninguno de ellos supera en propiedades nutritivas ni precio a la sardina.

Por ello, traemos las razones para ingerirla, recogidas por Estampas:

1. Por ser un pescado azul es una muy buena fuente de Omega-3, lo que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, además aumenta la fluidez de la sangre, lo que hace que baje el riesgo de padecer ciertas enfermedades coronarias.

2. Otro aspecto a destacar en la composición de este pescado es su alto contenido de proteínas, lo que lo hace ideal para regímenes especiales de alimentación.

3. Las sardinas son fuentes de las vitaminas del Grupo B, como la B12 o la B1 o Niacina, además de vitaminas liposolubles como la A, D y E. También son ricas en minerales como Fósforo, Magnesio, Potasio, Hierro, Zinc y Yodo. Y no solo cuando se consumen frescas proveen de nutrientes, pues las sardinas en lata tienen un alto contenido de Calcio, esto debido a que se consumen junto con la espina. En esta presentación aportan unos 314 miligramos de calcio por 100 gramos, aunque hay que tomar en cuenta que tienen aditivos y conservantes que pueden perjudicar la salud.

4. Una ración de 200 gramos de sardinas aporta el 67 % de las recomendaciones diarias de proteínas y triplica las de vitamina D, además de ser muy digestiva.

5. Por pertenecer al grupo de los pescados azules, tiene un alto contenido de grasas polinsaturadas, esenciales para el desarrollo normal del cerebro, sin olvidar que aporta pocas calorías.

Cuando compreas sardina, es bueno saber que su piel debe ser brillante y firme al tacto, y sus ojos no deben estar hundidos. Adicionalmente, para limpiarlas es recomendable meterlas en el chorro de agua fría, porque el agua caliente podría estropear su carne.

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