Con armadura de buen acero toledano, algo abollada de tanto trasiego

Armaduras medievales. / RR SS
Armaduras medievales. / RR SS

Seguramente muchos de ustedes han saltado el “charco” camino oeste. Y seguramente también hayan escuchado el tan zarandeado “Madre Patria” por cualquier país latino-americano. Eso seguro. Un servidor también.

Con armadura de buen acero toledano, algo abollada de tanto trasiego

Me he puesto armadura de buen acero toledano -algo abollada de tanto trasiego- antes de escribir lo presente. Por si acaso. Que ya es bien conocido aquello del "más vale prevenir que curar". Y no está uno para más curetajes; que ya tiene una edad y copiosa destreza en estas lides tan bascosamente controversistas y sin derecho a réplica ni indulgencia que le amparen. 

Seguramente muchos de ustedes han saltado el “charco” camino oeste. Y seguramente también hayan escuchado el tan zarandeado “Madre Patria” por cualquier país latino-americano. Eso seguro. Un servidor también.

Que uno recuerde, desde Augusta (Maine) pasando por Quebec y Montreal, hasta Valparaiso (Chile) vadeando todos los países llamados latinoamericanos. Si exceptúo Guatemala, que me falta y pienso cumplir. Tierra del Fuego, que está en mi lista de partida.

Bien, pues salvando a los verdaderos indígenas (guaraníes, motilones, pijao, senú, mocaná, kankuamo y otros muchos que tuve el honor de conocer)  son respetuosos hasta el apuro. Y no solo con el “español nacido en España"; con todo bicho viviente que le pida un favor. "Nomasitico allí", contestan si preguntas dónde está algo. Pero esos tipos de tipos ni están, ni apenas se les ve. En sus respectivos países, claro (exceptúo Paraguay, que está adoptando el idioma guaraní como segunda lengua oficial).

Salvando a los tales, un servidor se ha topado con inmensidad de personas de esos lares que, cuando dices que eres ‘español de España’, te contestan: ¡Ah si... la “Madre Patria”. Con sorna, mucha chunga y una sonrisa socarrona dibujada en sus labios. Al menos la mayoría, porque la minoría debían ser indígenas y yo sin saberlo.

No es que uno sea muy patriotero que digamos, no. Pero cuando se mofan de mi Patria natal, pues me sienta mal. Es más... me acribillan la barriga con perdigones empapados de mucha mala leche.

Como uno adolece algo de paciencia e impavidez en esos avíos pues... salta a la primera de cambio y les replica: “¿No te estarás refiriendo a tu grofa madre?”, con lo cual la cosa se suaviza. O así me lo parece.

Que ya digo, patriotero no seré – ni ganas– pero cuando se befarsean de mi España natal me salen los siete (a veces ocho) males; y me envalentono y...¡Al amanecer –o a la atardecida– a sangre completa! Pues faltaría más... que hasta ahí habéis llegado y llegaréis.

Que si somos de la “Madre Patria” es porque trescientos –a lo más que admito quinientos cincuenta y dos– arcabuceros venidos de allende y en vetustas naves; mal apañados; con fuego de a cuatro minutos la nueva carga y el disparo; pero con un temple y una valentía que ya quisieráis, vencieron y conquistaron a millones de los vuestros a base de promover – picarescamente si queréis– entre vosotros la traición más vil y la felonía más repugnante entre vosotros; prometiendo el oro y el moro (en lo que somos especialistas consumados) para que os destruyeséis.

Y que no me cuenten más cuentos de holocaustos ni de genocidios, que no cuela. Que mientras que un arcabucero recargaba su fusil o su cañón, miles de piedras, lanzas y hachas de los vuestros hubieran caído sobre los nuestros sin cuartelillo que le cobijase. ¿Vale?

Así es que no nos vengáis con la Puta “Madre Patria” ni más bagatelas petadas de socarronería pendenciera, ¿de acuerdo?

Que patriotero no seré, pero cuando me tocan... me tocan. Y me sale la vesania por los higadillos.

La “Puta” Madre Patria lo podría decir yo. Y mis paisanos. Además con mucho tiento y conocimiento de causa. Y lo digo. Y me reitero…

¡La “Puta” Madre Patria”! es nuestra, no en el sentido peyorativo del término –que también–. Pero yo y mis coterráneos si podríamos. Ustedes no.

¿Por qué? Pues porque todo país que acepte – de mejor o peor grado – que entren en sus entrañas emigrantes con visado de tres meses con derecho a otros tres, si cumple los requisitos del espacio Schengen, sin investigar a fondo si se guardan todos sus requisitos, pues no deja de ser cual "prostituta babilónica” (o latinoamericana, en esos menesteres) que quiere entrarle.

Un servidor si puede decir, con conocimiento de causa y efecto, que tan solo en mi pueblo, hay más de dos mil emigrados de los países que hablan de la “Madre Patria” en total sumergimiento y mantenido desdén.

Según mis fiables datos, la mayoría son de un país llamado Colombia (creo que es en honor de Cristobal Colón). Y, redundando en mis datos, más del 80 % son hembras a la aventura, dejando a sus familias hasta conseguir un “buen partido”. O en trabajos “sumergidos” y sin cotizar un solo pavo a la Hacienda. Cuidando a ancianos más o menos desvalidos y muy verderones ofreciendo sus prestos servicios de cuidado además de otras prebendas que mi pudor me impide escribir -; por alrededor de cuatrocientos euros al mes, dos días a la semana.

Con tres – solo tres- que consigan “servir”- ya salen 1.200 euros limpios de polvo y paja (esto último casi que no, y perdóneme el lector, que sé de lo que escribo). Sin Hacienda que les tosa sencillamente porque ni se enteran de tales desmanes. ¿Inspectores de Trabajo? Ni se les miente. ¿De Bienestar social? Ni se me ocurra. 

Veleidades inaguantables para aquellos a quien nos crujen si nos despistamos una miaja. Mientras que los citados previamente, a cuerpo de emperador y que “aquí me las den todas”... Y esta España mía. Y esta España nuestra... sigue permitiéndolo.

Para un servidor, si esta España mía y nuestra, sigue permitiéndolo, no dejará de ser “La 'Puta' Madre Patria". Porque les sale barata, entran por dónde quieren, obvian a hurtadillas las supuestas leyes existentes y además, le puede resultar amable dos protuberancias torácicas exageradas, con traseros inmensos y respingones  y una vestimenta apretada para marcarlos que a algunas les debe encantar, pero a mi me repele. Que se lo pregunten a mis abueletes que me solicitan sildenafilos y sus similares para poder cumplir. 

Estimados lectores, así es y así lo estamos consumiendo por el embudo. Si no ponen cotos los funcionarios –puestos o no a dedo– que deben velar por ello, así nos va. Y, lo que es peor, así nos irá. So pena que se pongan a investigar. Que ya hace falta. ¡Vaya que sí! Y ustedes y yo pagando por nuestro curro mucho más de lo que corresponde.

¿Xenófobo? ¿Racista? ¿Que ellos nos cobijaron cuando la guerra civil española? Recogieron a intelectuales –la mayor parte–, no a ‘encantadores de serpientes’ –porque lo son... y ¡hasta que punto!–- en busca de un trabajo sin declarar.

P.S.- Sigo teniendo nombres y apellidos. ¿Ustedes gustan?

 

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