El turismo británico en España no ha menguado pese a los efectos del Brexit

Turistas en una playa de Tarragona. / RR SS.
Turistas en una playa de Tarragona.

El Banco de España ha presentado un informe en el que destaca que, no obstante, las relaciones comerciales entre el Reino Unido y España sí sufrirán modificaciones notables.

El turismo británico en España no ha menguado pese a los efectos del Brexit

A un año de que el Reino Unido haya votado a favor de abandonar la Unión Europea, la economía británica ha soportado las consecuencias inclusive mejor de lo esperado y el gasto de los turistas británicos en España se ha disparado. No obstante, el Banco de España avisa que las relaciones comerciales sí podrían notar los efectos del divorcio entre Londres y Bruselas.

El Banco de España ha asegurado que la economía británica ha presentado notables mejoras respecto a lo anticipado por sus analistas y su crecimiento, agregan, podría ser del 2% en el total de este año. El principal motivo, prosigue la institución, es la política monetaria expansiva que ha aplicado el Banco de Inglaterra para contrarrestar la incertidumbre. Es más, el crecimiento en cuestión ha permitido que las llegadas de turistas británicos al país crecieran el año pasado un 12.5%, es decir 17.8 millones de personas, que son el 23% del total de las visitas de foráneos.

El dato fortalece el liderazgo de Reino Unido como principal proveedor de turistas para España. La mejora, de hecho, no se limitó solamente al número de viajeros: el gasto en 2016 también subió en un 12.8%, llegando hasta los 16.000 millones de euros, un 20.9% del total de gastos. Aparte, se reportaron aumentos del 3.6% en el gasto medio diario y del 0.3% en el gasto medio por visitante. La evolución se dio pese a "la notable depreciación que experimentó la libra frente al euro", que el año pasado se debilitó un 12.9% de promedio, asegura el banco.

El organismo también explica que esta tendencia positiva se mantiene en los primeros cuatro meses de este año, con un aumento interanaul del 9.6% en cuanto al número de visitas, con un repunte del gasto total del 13.9%, también en su comparación interanual, y una subida del gasto medio que llega hasta el 5.9%. Las dinámicas se deben, según los analistas de la institución, al "creciente atractivo de España como destino refugio, en un clima de fuerte inseguridad en algunos destinos competidores relevante

Con todo, el comercio de bienes ha menguado en su evolución en relación a sus vecinos europeos. Esto no puede explicarse "totalmente por los tipos de cambio" de la moneda, asegura el banco. Hasta antes de la consulta del verano pasado, las ventas de España a Reino Unido habían aumentado un 10.4% en 2015 y un 11.3% en la primera mitad del año pasado, superando el 6.4% y el 5.7% de las ventas a los países de la UE en los mismos periodos. Tras el Brexit, la tendencia ha dado un giro de 90 grados: las exportaciones a Reino Unido reportaron un retroceso del -1.1% en la segunda mitad del año pasado y un aumento del 2.5% en los primeros cuatro meses de 2017. En retorno, las ventas a los socios continentales dejaron un descenso del 0.9% en el segundo semestre del año pasado y un aumento del 8.8% en el primer cuatrimestre del año en curso. En otras palabras, las exportaciones a los demás países europeos van en mejor camino que las exportaciones al Reino Unido. Pese a que los exportadores de la zona euroa al Reino Unido han bajado los precios de sus productos, su esfuerzo no ha bastado para compensar la depreciación de la libra, explica el Banco de España.

Al examinar las importaciones españolas de bienes procedentes del Reino Unido, las mismas han reportado "“un comportamiento relativo menos favorable que las que tienen su origen en el conjunto de la UE", aunque la evolución también estuvo condicionada por la caída de los precios del petróleo. El Banco de España considera que los exportadores de la isla habrían aprovechado la depreciación de la libra para mejorar sus márgenes y que "es posible que la incertidumbre sobre el nuevo marco comercial haya afectado a las importaciones procedentes de este país", aunque advierten que es muy pronto para ese tipo de conclusiones. "A más largo plazo, una reducción del grado de integración de Reino Unido dentro de los mercados europeos, en mayor o menor medida en función de la modalidad que finalmente pueda adoptar la relación comercial, conduciría a una disminución de los flujos comerciales", agrega el estudio del organismo. "Cualquiera de los escenarios se traducirá, probablemente, en un aumento de las barreras arancelarias y no arancelarias", concluye.

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