El mercado de futuros del petróleo genera condiciones para una tormenta perfecta

Arabia apuesta a mantener la producción aunque el crudo se ubique por debajo de los 40 dólares.
Arabia apuesta por mantener la producción aunque el crudo caiga por debajo de los 40 dólares.

Algunos operadores comercializan opciones a futuro con el barril a 20 dólares para junio. Esto puede generar una crisis en los Estados Unidos que impactará en el mundo entero, según este autor.

El mercado de futuros del petróleo genera condiciones para una tormenta perfecta

Algunos operadores comercializan opciones a futuro con el barril a 20 dólares para junio. Esto puede generar una crisis en los Estados Unidos que impactará en el mundo entero, según este autor.

En la segunda semana de enero, algunos traders de petróleo comenzaron a apostar por un precio a futuro de 20 dólares por barril. ¿Es posible este escenario apocalíptico para tantos países dependientes del insumo básico de la economía mundial?

En diciembre, imaginar un barril a menos de 50 dólares era impensado y operadores a futuro compraban opciones de compra del West Texas Intermediate (WTI) a 40 dólares el barril. Parecía una locura. Mientras se esperaba un rebote, terminó siendo realidad.

A comienzos de enero, el Financial Times remarcó que hay un escenario de pesadilla, pero que puede ser realidad, aunque  ni siquiera en lo peor de la crisis financiera el barril se desplomó por debajo de los 30 dólares. Pero lo cierto es que en el Nymex, la bolsa de Nueva York de materias primas que comercializa futuros y opciones, en los primeros días de 2015, comercializó más de 13.000 lotes, equivalente a unos 13 millones de barriles, con opciones a 7 centavos, con un barril estipulado para el mes de junio en 20 dólares.

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Si el suministro se mantiene en estos niveles y la demanda permanece frágil, el barril seguirá cayendo aún más, si se revierte esta tendencia algo subirá, pero estoy seguro que nunca más veremos al barril a 100 dólares”, dijo el príncipe saudí Alwaleed bin Talal.

El magnate árabe agregó que en realidad, los valores por encima de 100 dólares son completamente artificiales. Desde junio de 2014, el precio del crudo se desplomó más del 56%, cayendo de los 107 a 47 dólares el barril.

Mientras la mayoría de los miembros de la OPEP, especialmente Irán y Venezuela, llamaron a reducir la producción para balancear los precios al alza, la postura de la monarquía saudí es mantener la extracción de los casi diez millones de barriles diarios.

Para los sauditas, entre precios más altos o participación del mercado, la inclinación es netamente por la segunda opción ya que, aducen, si recortan en uno o dos millones de barriles diarios, esa cuota será ocupada por otro proveedor. En el mismo sentido se pronunció el ministro del petróleo de Arabia, Ali al-Naimi: “No está en los intereses de la OPEP recortar la producción, sin importar el precio, así sea de 20, 40 o 60 dólares”. Al igual que el príncipe saudí Alwaleed bin Talal, señaló que “el mundo nunca más verá un barril a 100 dólares”

Además, si bien Arabia necesita un barril entre los 80 y 90 dólares para afrontar los gastos del Estado, en el corto plazo puede afrontar el desplome ya que cuenta con USD750.000 millones en reservas en monedas extranjeras, equivalente al PIB de un año, capaz de financiar cualquier déficit inmediato, y mientras en Estados Unidos el punto de quiebre para los proyectos de shale es de 60 dólares, producir un barril de crudo en Arabia apenas cuesta 5 dólares. En Nueva York, un paquete de Marlboro cuesta 13 dólares.

Naimi también aduce que si Arabia reduce el ritmo de producción, los precios subirán y esa porción será ocupada por Estados Unidos, Rusia o Brasil.

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En este juego de póker entre los miembros de la OPEP, ni siquiera las economías más perjudicadas por este desplome, pueden reducir la producción porque ahí están al acecho Arabia, Catar, Kuwait y el propio Estados Unidos para devorarles una parte del mercado. Y el costo de producción en Arabia es de 4 a 5 dólares por barril, por lo que puede mantener las fichas sobre la mesa durante mucho más tiempo.

¿Un escenario que asusta?

En los últimos años, la única vez que el precio del barril perforó el piso de los 40 dólares fue en las semanas previas a la crisis de 2008, la peor catástrofe financiera desde el Crack de 1929. Hace siete años el barril se descolgó desde las alturas dede los 150 dólares.

Pero en ese entonces tuvo un rebote casi inmediato y a finales de 2008 estaba por encima de los 70 dólares y mantuvo una curva hacia los 110 dólares alcanzados en 2011, donde se mantuvo. Hasta ahora.

Las líneas demarcadas actualmente no señalan que pueda haber un rebote similar, ya que mientras los jugadores no resignen producción para evitar que los competidores se devoren su porción del mercado, todo depende de una demanda, que no tiene perspectivas de crecer, sino todo lo contrario. China y Brasil recortaron las expectativas de crecimiento, Europa no sale del invierno y Alemania proyecta un crecimiento nulo.

Y pese a convertirse en exportador gracias al shale oil, Estados Unidos no se escapa, porque con un barril a 50 dólares la mayoría de las plataformas marítimas, y muchos pozos en tierra, no se pueden sostener.

Si bien las empresas estadounidenses se mantuvieron firmes ante la presión a la baja del crudo, en los primeros días de enero el New York Times remarcó que un recorte en los pozos anunciados por una de las mayores compañías, Helmerich & Payne, desató el pánico: “Los precios bajos del petróleo están impactando cada vez más en el mercado de extracción de los Estados Unidos”, dijo la empresa en una conferencia energética de Goldman Sachs.

Un análisis de Bloomberg remarca que con la caída actual del WTI, la mayoría de los perforadores desactivaron, en diciembre pasado, la mayor cantidad de pozos desde el 2009, e incrementará esta tendencia en el primer trimestre de 2015.

Además, Rusia e Irak superaron el récord histórico de producción, lo cual impacta negativamente en las empresas norteamericanas, que si bien lograron posicionar al país como exportador, fue en función del shale que tiene un costo aproximado de 80 a 100 dólares el barril.

Con estas perspectivas, los presupuestos de exploración y producción se están reduciendo drásticamente, y por cada pozo que se detiene se estima una pérdida de cien puestos de trabajo. Las tres principales empresas de perforación, Helmerich & Payne, Nabors Industries y Patterson-UTI Energyreducirán unos 15.000 empleos de una plantilla de 50.000 trabajadores en el primer semestre de este año.

“La industria energética fue una de las áreas donde más creció la generación de empleo y ayudó al país a salir de la recesión”, apuntó Chad Mabry, analista de energía del banco de inversiones MLV & Co, con base en Houston, Texas.

El Scotia Bank difundió difundió un reporte, en diciembre de 2014,  en el que analizó el precio de equilibrio promedio, para que una inversión en producción de shale sea mínimamente rentable, por debajo de la cual, el funcionamiento es a pérdida. Ese número se ubicó entre 60 y 61 dólares. Por debajo de ese precio, las empresas empiezan a ser vulnerables.

En Estados Unidos hay unas 20.000 medianas y pequeñas empresas petroleras, que con una cotización del Brent por encima de los 100 dólares, se lanzaron a la producción de shale en reservorios de mayor costo como Dakota del Norte.

Las reservas de shale oil y gas estadounidenses superan tres veces las reservas de hidrocarburos convencionales de Irán. Pero para explorar y explotar esos recursos, tanto las grandes, pero especialmente las pequeñas y medianas compañías debieron financiarse con deudas que ya tenían dificultades en afrontar con el barril a USD70, y con un barril en USD50, y perspectivas de un WTI a USD20, la catástrofe asoma en el horizonte.

Este escenario, de persistir, podría llevar a muchas compañías petroleras estadounidenses a la quiebra. Porque igual que entonces, la gráfica muestra un desplome, pero sin ningún rebote en el horizonte. Y una situación así tendrá naturalmente un impacto negativo en una economía global que no termina de hacer pie.

 

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