Massachussets prepara un reloj inteligente para interpretar las emociones

Edificio principal del Instituto Tecnológico de Massachussets. / Wikipedia.
Edificio principal del Instituto Tecnológico de Massachussets. / Wikipedia.

El Instituto Tecnológico está a cargo de este ambicioso proyecto que se encuentra actualmente en su fase de pruebas.

Massachussets prepara un reloj inteligente para interpretar las emociones

Un experimento a menor escala podría convertirse en uno de los dispositivos más novedosos de lo que va de año. El experimento se realiza actualmente por dos investigadores en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, Estados Unidos, y se trata de un artilugio que es capaz de combinar grabaciones de audio con datos fisiológicos recolectados por varios sensores y que tiene como determinar el ánimo bajo el que se tiene alguna conversación. Los dos líderes del proyecto del Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial de dicho instituto han sacado unos resultados iniciales que invitan al optimismo y este proyecto podría ayudar a muchas personas a mejorar su comunicación, acompañar en diversas situaciones sociales e incluso ayudar a personas que padecen de ansiedad o Asperger en distintos grados.

Una primera parte de esta función es examinar cómo se desarrolla la conversación, es decir qué dicen los interlocutores. Este aparato, que funciona sobre un Samsung Sinband y tiene forma de reloj de pulsera de grandes dimensiones, tomaría el audio con un micrófono, pese a que en sus primeras pruebas el texto de la conversación se debió transcribir de forma manual. Con ello, el llamado texto natural, es enviado luego a un análisis lingüístico, que repartirá cada palabra en tres grupos: las positivas, las neutras y las negativas. Con esa información, el artilugio puede dar un primer pronóstico sobre el estado de ánimo de las personas.

Pero cuando se trata de las palabras, afecta más cómo que cuáles. Alguna frase sencilla como “muchas gracias” se puede interpretar como positiva aunque puede tener connotaciones negativas si el interlocutor la dice con tintes de sarcasmo o tristeza, o incluso neutral, todo según el tono. Debido a ello el aparato analizará varios datos fisiológicos con cada palabra. 

Este proyecto ha equipado al artilugio con sensores de movimiento, electrocardiograma, oxímetro, giroscopio, impedancia, respuesta galvánica y hasta temperatura para la piel, que es ya recurrente en los relojes inteligentes a estas alturas. De igual forma se analiza el volumen o “energía” de la voz. Toda esa información se captura y actualiza cada cinco segundos y el sistema hace un minucioso examen para determinar su promedio, media y varianza.

El experimento tenía tantos datos en bruto que resulta prácticamente imposible hacer un análisis de forma útil. Se celebraron pruebas para elegir los cinco parámetros principales mediante un modelo matemático que enumeraba los valores de acuerdo a su capacidad de acierto en cada conversación que se monitoreó con este software. Fueron 30 conversaciones de dos minutos o un poco más cada una.

Una vez recolectada la información, el dispositivo aprovecha una red neuronal se encarga de hacer un cálculo predictivo cuando recibe más información. El dispositivo es capaz de explicar lo que está pasando, es decir si la persona que lo está usando está feliz o enjoado.

Los encargados del proyecto presumen de que varias personas pueden sentirse fascinados por este experimento para medir y comprender sus interacciones. Y no es sólo porque el aparato funcionará en tiempo real, sino también porque daría la opción de rebobinar y dar un análisis de qué pasó en cada momento, encontrando así los momentos en que los niveles de ansiedad subieron más entre los interlocutores.

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