La industria de refrescos está comprometida a reducir los azúcares añadidos en un 10%

La industria europea busca impactar el consumo de azúcar. / RRSS
La industria europea busca impactar el consumo de azúcar. / RRSS

La nueva promesa de la industria apunta a triplicar el ritmo de la reducción de azúcar de todo tipo de bebidas en un intento por contribuir a la salud de los consumidores. 

La industria de refrescos está comprometida a reducir los azúcares añadidos en un 10%

La industria de refrescos o bebidas carbonatadas, ha estado en un viaje de reducción de azúcares añadidos desde la década de 1970, cuando se introdujeron las primeras bebidas no calóricas y bajas en calorías. Ya ha reducido calorías en un 12% desde el año 2000. Entonces, ¿Por qué está aumentando sus esfuerzos aún más ahora?

Bueno, hay una serie de razones, algunas nutricionales, y otras eminentemente de negocios. En primer lugar, la reducción de azúcares añadidos en sus productos busca abordar las cambiantes preferencias de los consumidores. Sus clientes están más conscientes que nunca de su ingesta de azúcar y calorías. La industria busca sumar a las opiniones de las principales autoridades sanitarias del mundo en cuanto a que la gente debe controlar la ingesta de azúcares añadidos, e incluye el azúcar de los refrescos.

En los refrescos, la reducción de los azúcares añadidos lleva directamente a reducir las calorías, y el sector ha comenzado a comprometerse con un rol activo en la reducción del consumo de calorías en general, con el fin de abordar el sobrepeso y la obesidad. La reducción de los azúcares añadidos en un 10% más, en promedio en toda Europa, representa un triplicado efectivo en el ritmo de reducción del azúcar en la cartera de este tipo de bebidas en comparación con la reducción del 12 % que alcanzaron entre 2000 y 2015.

La reducción de los azúcares añadidos también responde a la reciente solicitud de la Unión Europea de reformular y reducir el impacto negativo del azúcar en la industria alimentaria. El Comisario Europeo de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, ha respondido positivamente a la iniciativa y buena fe de la industria, y ha expresado la ambición de que todos los sectores alimentarios desempeñen un papel similar. Lo único que nos queda como consumidores es esperar que otros sigan el ejemplo para generar una mayor masa crítica e impactar a más de 500 millones de consumidores no sólo en Europa sino a nivel global.

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