IA, Big Data y otras vanguardias tecnológicas contra el cambio climático

Un dron. / Pexels
Un dron. / Pexels

El desarrollo sostenible ha encontrado un innovador aliado La Inteligencia Artificial, el Big Data o el Internet de las Cosas vienen postulándose como poderosas herramientas contra el cambio climático.

IA, Big Data y otras vanguardias tecnológicas contra el cambio climático

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se están conjugando con las energías renovables en una lucha sin parangón contra el cambio climático. Un escenario donde la inteligencia artificial (IA), el Big Data y otras aplicaciones contribuyen al desarrollo sostenible. Todo ello a pesar de que la inteligencia artificial y su dilema moral ha encarado a dos de los gurús de Silicon Valley: Musk (Tesla y Space X) y Zuckerberg (Facebook) a colación de los posibles peligros que esta puede generar en un futuro para la raza humana.

No es la primera vez que el debate se gesta, pues ya se había asentado en círculos científicos, tecnológicos, informáticos y entre apasionados de la tecnología. No en vano, y en el lado positivo de la balanza, la Inteligencia Artificial y otras novísimas vanguardias tecnológicas empiezan a postularse como adalides de la lucha contra el cambio climático, pues cada vez germinan más proyectos cuyo objetivo es utilizar máquinas inteligentes para frenar el calentamiento global y las emisiones de CO2.

Lauren Fletcher, exingeniero de la NASA, aseveró que se podrían emplear aeronaves para reforestar áreas que han vivido la deforestación. Esta es la causa del aumento de las temperaturas debido a las emisiones masivas de CO2, que son absorbidas por los árboles.

Aunque no existe un proyecto que lo haya materializado, en España existen drones que trabajan por una buena causa. En concreto, la empresa Ixion, experta en movilidad robotizada y en inteligencia artificial, participa en una iniciativa que implanta estructuras en alta mar. Estas sirven para la generación de energía marítima limpia en lugares donde hay más rachas de viento.

Otro proyecto, según apuntan fuentes de la empresa, es la aplicación de drones para la vigilancia aérea de placas solares. El proyecto radica en que las aeronaves detecten averías en las placas y ofrezcan su conservación en un tiempo concreto. De esta manera, las plantas de energía solar se perfilarían como más eficaces.

Por su parte, un equipo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un sistema que encuentra las malas hierbas a través de drones con el fin de aplicar de forma efectiva los herbicidas. En este caso, ayudan a reducir el uso de estos agentes, que no dejan de ser contaminantes a la par que aumentan los beneficios de los agricultores.

Mientras, el denominado IoT (Internet of Things, Internet de las cosas), unido a las energías renovables, ha conseguido poner en jaque a los combustibles fósiles. Países como Italia, Suecia, Bulgaria, Estonia y Finlandia han sido los pioneros en lograr los objetivos propuestos por la UE (Unión Europea) para 2020. Se trata de conseguir el 20 % en la reducción de emisiones de gases efecto invernadero; el 20 % de energías renovables y el 20 % de incremento de la eficiencia energética.

El Internet de las cosas es aplicable a la generación de energía: faculta para cruzar un gran número de datos procedentes de satélites o generadores. Asimismo, permite solucionar uno de los mayores problemas de las fuentes de energía limpia: la intermitencia.

Por otro lado, el IoT aplicado al consumo ofrece también cuantiosos beneficios. Promueve una mayor eficiencia en hogares, edificios y ciudades. La interconexión y la sincronización, en este sentido, son las llaves que abren la puerta del ahorro energético.

La IA observa y optimiza decisiones

La interconexión también es clave en la inteligencia artificial. A través de ella, se pueden vislumbrar resultados previos para tomar decisiones en el futuro. Este es el punto culminante de billones de mecanismos interconectados.

Por lo tanto, residiremos en un planeta donde la inteligencia artificial será protagonista de un entorno más ecológico, eficiente energéticamente y presidido por las energías renovables. Agregada a ella, el Big Data y el IoT, serán aliados para alcanzar los propósitos marcadospara 2020.

Drones que sobrevuelan los cultivos o los mares, mecanismos que controlan la eficiencia energética, la calidad del aire o el clima de las urbes, entre otros, perfilan un mundo en el que ya no tiene cabida el cambio climático.

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