El FMI avisa de que la recuperación económica de América Latina se ralentizará

Edificio del FMI en Washington.
Edificio del FMI en Washington.

El fondo ha publicado sus predicciones globales y ha avisado que la recuperación de la región latinoamericana será más lenta de lo que originalmente habían anticipado el año pasado.

El FMI avisa de que la recuperación económica de América Latina se ralentizará

En un 1.2% fue estimado el crecimiento económico de América Latina por los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Tras un 2016 que dejó pocos datos para el optimismo, el fondo ha iniciado el 2017 con augurios ligeramente mejores. En el caso de la economía de la región latinoamericana, su crecimiento, que superará la recesión sí o sí, no será tan fuerte como se previó en el principio. Ese 1.2% es cuatro décimas menos en comparación a lo estimado en octubre del año pasado y arrastra un alto grado de incerditumbre política, que bajaría la productividad, debilitaría las inversiones y se quedaría como un comercio internacional con poco que ofrecer. El gran afectado de la región es México, el principal blanco de los disparatados y proteccionistas cánones que implantará Washington a partir del viernes, cuando Donald Trump ascienda a la presidencia de Estados Unidos.

Latinoamérica cerró el 2016 con una contracción que alcanzó el 0.7%, una décima más de lo que el FMI predijo apenas tres meses antes. Para ese momento, ya se había advertido que la situación seguiría a la baja y que rebotaría en dos puntos porcentuales durante este año. El del año entrante sigue inamovible en el 2.1%. Así, el crecimiento de la región para este 2017 se estanca en pocos puntos antes de la mitad del 3.4% que se anticipa para el mundo. Las economías emergentes y en desarrollo llegarán a un 4.5%.

La semana pasada fue el Banco Mundial el que hizo públicas sus proyecciones. El banco estima que el crecimiento de la economía mundial se catalizará en un 2.7% para este año. Entretanto, el de los países emergentes y en desarrollo remontará al 4.2% en el 2017, contrastando con el 3.4% del 2016. Latinoamérica repite pronóstico con un 1.2%, aunque esa mejora no borra los espectros de incertidumbre que acosan a la región.

El departamento de economía del FMI coincide en su análisis con el banco. La región está envuelta, de norte a sur, en serios problemas políticos, lo cual se conjuga con el cada vez más impredecible escenario mundial. "Los riesgos son significativos y difíciles de predecir", asegura el fondo. Los investigadores se amparan en el impacto de las políticas aislacionistas y proteccionistas. La recuperación en Argentina y Brasil va a la baja, mientras en México la situación es todavía más complicada en vistas de la nueva administración estadounidense, reconocen los analistas del FMI.

La economía brasileña, la más grande de la región, es la gran valedora de la salida de la recesión en toda Latinoamérica. Las aguas en tempestad se van calmando y eso facilita la recuperación del mercado de las materias primas. Aquello permitirá pasar de una contracción de un 3.5% a un crecimiento del 0.2% para este 2017 y se catalice en un 1.5% para 2018. Esas tres décimas, no obstante, son menos de lo que se esperaba. El fondo recomienda motivar la inversión para rematarlo.

Consecuencias en el comercio

Mención especial merece México. Su economía se ralentiza, pasando de un 2.2% del ejercicio pasado a un 1.7% en el presente. Son seis décimas por debajo de su profecía, superado únicamente por Arabia Saudí en este apartado. El principal motivo no es otro sino la ola de pesimismo desatado tras el triunfo electoral de Donald Trump y la restricción en las condiciones financieras provocadas por el debilitamiento de los tipos de cambio. El 2018 tampoco parece que será mejor y se cae al 2%. El Gobierno mexicano ha impulsado algunas reformas estructurales que todavía deben ofrecer resultados, pero sin duda depende de cualquier forma en gran parte de Washington y sus nuevos funcionarios.

Lo que hagan los elegidos por Trump cambiará su país, partiendo de sus promesas de fuertes inversiones en infraestructuras y la rebaja de impuestos, maniobras que acelerarán el crecimiento de Estados Unidos. Inicialmente aquello es buena noticia para los países que tienen acuerdos y negocios con el gigante norteamericano. No obstante, la devoradora euforia proteccionista del empresario podría cargarse ese aliciente y generar nuevos piques, unidos a una catalización de los tipos de interés.

Con todo, el empuje del proyecto económico del futuro jefe de Estado tomará cuando menos dos años en empezar a reflejarse en números, eso si el Congreso lo permite primero. Su crecimiento podría llegar a 2.3% para este 2017, dejando atrás el pobre 1.6% del año pasado. El alza es una décima más de lo que previsto en octubre. Para 2018, será de 2.5%. @hmorales_gt

 

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