Por qué Estados Unidos no debería iniciar una guerra comercial con China

La economía china. / RRSS
La economía china. / RRSS

Algunos temen que las recientes acciones contra China tomadas por la administración Trump signifique que se está al borde de una guerra comercial. ¿Cuál sería el costo?

Por qué Estados Unidos no debería iniciar una guerra comercial con China

Estados Unidos y China parecen estar al borde de lo que sería una costosa guerra comercial. Recientemente la administración Trump anunció que los envíos chinos de papel de aluminio se enfrentarán ahora a un fuerte impuesto a la importación, una decisión que pretende compensar lo que la administración cree que son subsidios chinos injustos para su industria del aluminio.

Lo que esto significa en la práctica es que un puñado de empresas chinas ahora se enfrentará a "derechos compensatorios" que van desde 17 por ciento a 81 por ciento en sus exportaciones de aluminio a los Estados Unidos. Esta última acción se produce después de una ruptura de conversaciones entre los dos países sobre el comercio el mes pasado.

En términos más generales, es consistente con las repetidas promesas del presidente Donald Trump de proteger a las compañías estadounidenses de lo que él percibe como una competencia desleal de China. Además, hay una fuerte probabilidad de que la administración pronto promulgue políticas adicionales para limitar la entrada de productos chinos en los mercados de los Estados Unidos.

A medida que reflexiona sobre la acción contra China, la administración de Trump debe tener en cuenta que el gobierno chino es especialmente sensible sobre cuestiones comerciales. Como resultado, es muy probable que los dirigentes chinos reaccionen a mayores aranceles u otros movimientos imponiendo medidas compensatorias a los negocios estadounidenses.

Esto se debe a que el rápido crecimiento de China en las últimas dos décadas ha sido en gran parte impulsado por el comercio, de hecho, la mayor parte de ese crecimiento se produjo como una consecuencia directa de su ingreso a la Organización Mundial del Comercio en 2001. Como resultado, China debe defender su acceso a los mercados extranjeros, garantizando al mismo tiempo un entorno ventajoso para sus empresas en el país.

Y por lo tanto, una guerra comercial parece probable. Una vez que los Estados Unidos haya impuesto aranceles a las principales industrias chinas, como el acero, China responderá dirigiéndose a las industrias orientadas a la exportación de los Estados Unidos. Estas industrias pueden entonces presionar la administración de Trump para el remedio o la represalia, provocando respuesta adicional de los chinos.

¿Qué pasará si las dos economías más grandes del mundo entablan una guerra comercial? La cuantificación del impacto potencial es complicada, pero la historia sugiere que ambos países recibirían un impacto significativo en sus economías. Mirando el historial, en un caso algo extremo, Doug Irwin, de Dartmouth, descubrió que cuando los Estados Unidos levantaron drásticamente las barreras a las importaciones a partir de 1807, esto costó al país casi el 5 por ciento de su ingreso nacional en 1808. Hoy, una pérdida similar equivaldría a casi un billón de dólares de ingresos perdidos.

Por supuesto, los Estados Unidos y China son sólo dos países, pero, dado que son las dos economías más grandes del mundo, se puede suponer que el ingreso afectado por una guerra comercial sería sustancial.

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