5 famosas marcas a nivel mundial con orígenes insólitos e impredecibles

Tienda de Victoria's Secret.
Tienda de Victoria's Secret.

Desde desayunos hasta espectáculos deportivos, las grandes marcas del mundo tienen raíces que nos serían muy difíciles de imaginar a estas alturas.

5 famosas marcas a nivel mundial con orígenes insólitos e impredecibles

En plena era de la globalización hemos llegado a un punto en que estamos tan acostumbrados a tantos logos y colores que apenas llegamos a conocer o preocuparnos por conocer las raíces de muchos de ellos. Hay empresas que hoy en día son conocidas en todo el globo pero que inicialmente fueron concebidas para propósitos totalmente distintos a las que les damos. A continuación, cinco marcas con orígenes insólitos:

1- Victoria's Secret

Esta marca nació a raíz de la vergüenza y timidez al momento de elegir y comprar ropa interior para la pareja. En 1977 Roy Ramond, a la sazón estudiante de la escuela de negocios de Stanford, admitió que le daba mucha vergüenza comprarle lencería a su novia. Y bueno, si no es posible comprarla, hay que crearla, habrá pensado.

Ramon consiguió un préstamos bancario por 40.000 dólares y con ello inició un imperio en este mercado. La idea era crear tiendas pequeñas para que los hombres pudieran transitar en los pasillos sin ser exhibidos y con asistencia personalizada para elegir las prendas perfectas. Sin ser visto y seguro de que la prenda le gustaría a su pareja, Ramond atinó a solucionar su problema de timidez que probablemente sufrían muchos hombres en la época.

2- Toallas femeninas

Se trata de un producto más íntimo pero que inició de forma completamente distinta a la que terminó. En 1914, la famosa marca Kimberly-Clark desarrolló un producto procesado de la madera al que bautizó como "cellucotton". Este material tenía hasta cinco veces mayor capacidad de absorción que el algodón y su precio de producción era mucho más bajo que el de aquel. Debido a eso, el Ejército de los Estados Unidos aprovechó este innovador producto como bandas para los soldados ensagrentados. Su creadora se dio cuenta de que efectivamente estas toallas ayudaban a los soldados a contener sus hemorragias y, cuando terminó la Primera Guerra Mundial -en que el Pentágono las aprovechó para sus hombres- decidieron venderlas a las mujeres para el propósito que se sigue usando hasta hoy.

3- Corn Flakes de Kellogg's

A principios del siglo pasado, la masturbación era uno de los mayores tabúes en el mundo pues se estimaba que su práctica provocaba problemas de salud mental y física. Entonces, Jhon Kellog, un médico especializado en temas de nutrición y alguien muy interesado en estudios sexuales, intentó crear un producto para ayudar a los jóvenes a dejar este hábito.

Su análisis le hizo concluir que para detener estos impulsos sexuales era necesario consumir cereales y frutos secos. Así fue como creó los Corn Flakes juto a su hermano Will, quien trabajaba en el mismo centro de salud que él.

Pero esta creación tomó rumbos separados, pues Jhon lo ideó como un producto para ayudar a los jóvenes a dejar de masturbarse y Will como un alimento cotidiano. Fue precisamente Will quien lo convirtió en el producto que conocemos hoy en día.

4- Fanta

Esta bebida fue creada durante la Segunda Guerra Mundial en la Alemania Nazi. Su creación vino luego de que Coca-Cola dejara de distribuir sus productos tras el ataque a Pearl Habor en 1941.

Max Keith, el entonces jefe de la marca de la felicidad en Alemania, ya no era capaz de producir bebidas con gas por lo que optó por mantener las operaciones en el país europeo con una nueva bebida. Para su creación, cambió el gas por la soda e hizo una mezcla con los pocos ingredientes que le quedaban en las distintas fábricas del país y el resultado fue Fanta, una bebida naranja que se popularizó rápidamente en el país.

5- Nascar

Es uno de los más grandes eventos deportivos en Estados Unidos, pero sus orígenes se remontan al contrabando.

Sus raíces hacen retroceder el tiempo hasta la época en que el gigante del norte prohibía la venta de alcohol en su territorio. En los primeros días de aquella legislación, los niños solían correr por todas partes para repartir y vender whisky de forma ilegal. Muchos de ellos conducían coches de forma imprudente a fin de cumplir con su pedido.

No se sabe exactamente en qué momento los hábiles repartidores empezaron a competir ya no solo por las entregas sino por el gusto de correr en autos, pero lo cierto es que en cuestión de tiempo todo el país estaba al tanto de estos corredores-repartidores de bebidas ilegales. Para 1948, uno de estos repartidores llamado Bill France reunió a todos los propietarios de coches, mecánicos y obviamente conductores que competían en estas carreras clandestinas para formar una asociación que, años después, se convertiría en una de las marcas más reconocidas del automovilismo.

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