La transferencia de Paulinho sugiere que el Barça está escaso de ideas

Paulinho. / RRSS
Paulinho. / RRSS

El Barcelona, que parte en desventaja para la vuelta de la Supercopa de España, está dando signos de poca planeación gracias a la partida de Neymar.

La transferencia de Paulinho sugiere que el Barça está escaso de ideas

Pocas horas antes de perder la ida de la Supercopa de España ante el Real Madrid, el Barcelona confirmó que se había llegado a un acuerdo para contratar al centrocampista brasileño Paulinho, proveniente del Guangzhou Evergrande por 40 millones de euros.

En lugar de fanfarria, sin embargo, la firma plantea dudas. ¿Es este jugador de 29 años, considerado un fracaso después de dos malos años en el Tottenham el jugador que puede rejuvenecer un centro del campo deficiente? De manera superficial podríamos decir que no. Cuesta creer que no haya nada más en el mercado para un club del tamaño y la historia del Barça, o que no haya dentro de su propia plantilla mejores opciones.

Lo que Paulinho ofrece es potencia y velocidad, de eso no hay duda. Pero viene desde China, de eso tampoco debería haber. Sin duda es demasiado pronto para desacreditar por completo el traspaso, pero una mirada más profunda al negocio sugiere un club inseguro de la dirección a la que se dirige.

Incluso antes de perder a Neymar, se habían palpado incertidumbres en la política de transferencias del Barcelona. El club ya había sido obligado a cambiar su atención de Marco Verratti a otras alternativas, y se quedaron sin el uno y sin las otras. Paulinho llega un poco de rebote aunque desde Cataluña digan que era un objetivo primordial.

Tan mal se ha movido el despacho culé que incluso el movimiento de Paulinho se prolongó hasta que finalmente se vieron obligados a ceder ante las elevadas exigencias del Evergrande. Ha pasado un mes desde que el jugador habló de su deseo de llegar al Camp Nou, pero sólo ahora se ha conseguido el acuerdo sobre la línea de haber fracasado con una serie de ofertas cada vez mayor.

En lo deportivo imposible hablar de crisis, aunque sí hay que prestar atención a las falencias que tiene un cuadro sin profundidad, que al menos tiene un técnico de altura. Pero en lo administrativo no es nuevo que el Barça vaya medio a la deriva. Hay que tener cuidado porque lo que parece temporal puede llegar a ser permanente con más facilidad de la que se cree.

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