El sueño peruano de volver a un mundial tras 36 años de ausencia

Jefferson Farfán fue la gran figura de Perú - Twitter
Jefferson Farfán fue la gran figura de Perú al anotar el primer tanto contra Nueva Zelanda. / Twitter.

La selección peruana derrotó 2-0 a Nueva Zelanda en Lima y estará en Rusia 2018. Consiguió el último boleta de Sudamérica con un dramático final.

El sueño peruano de volver a un mundial tras 36 años de ausencia

Guillermo La Rosa fue el último peruano en gritar un gol en un mundial de fútbol. Fue en la derrota por 5-1 contra Polonia en España 1982. Treinta y seis años, desde ese momento, pasaron con fracaso tras fracaso. Técnicos, jugadores, dirigentes. Con cada final de eliminatoria con el bendito resultado final: la no clasificación.

Aunque, el pasado miércoles, en el Nacional de Lima, por fin acabó ese largo dilema que siempre era ver una justa mundialista por la televisión. Once guerreros salieron a la cancha para darle la alegría a 30 millones de peruanos que en cada rincón del país celebra sin parar. Con dos goles que llegaron en los momentos precisos y que nos clasifica como los últimos al Mundial de Rusia 2018.

Como en cada historia, no obstante, el inicio debía ser duro. Perú tenía la obligación de cambiar la imagen que dejó en Wellington, donde tuvo la oportunidad de sacarle alguna ventaja a Nueva Zelanda, que venía por el golpe de visitante. Un partido táctico: el duelo de pizarra entre Ricardo Gareca, por Perú, y Anthony Hudson, Nueva Zelanda, también iba a ser importante en los 90 minutos. De ganar o morir. Y así fue.

La selección peruana entró al campo con tres cambios que modificaron su idea de juego: Raúl Ruidíaz, Andy Polo y Luis Advincula. Éste último, cuando ni transcurría tres minutos, empezó avizorar lo que sería la noche al estrellar su disparo contra el palo. El primer grito de gol se contenía en aquel entonces.

Los jugadores de Gareca no bajaron la guardia. Christian Cueva, Andy Polo, Jefferson Farfán se asociaban para darle el balón a Raúl Ruidíaz, quien tenía la misión de llevar peligro al área neozelandesa. Miguel Trauco y Luis Advincula estaban imparables por las bandas para lanzar sus centros precisos. En la media cancha, Renato Tapia era el líder al recuperar el balón junto a Edison Flores. La defensa, con el capitán Alberto Rodríguez y Christian Ramos, daba seguridad para ir al frente. Pedro Gallese, un cerrojo ya cantado.

Perú dominaba los primeros veinte minutos. Era superior. Sobre los 24 minutos, la pelota le chocó en la mano a Reid y la hinchada pedía penal, pero el árbitro dijo que no. Entonces, tres minutos después, como en los viejos tiempos del balompié peruano: Cueva contuvo el balón, tocó a Farfán que con gran potencia y calidad, anotó el primero ante la euforia de los hinchas. El ‘10’ que tanto tiempo se esperaba le decía al país que empezaran a soñar. Como también se lo dedicó a Paolo Guerrero, al amigo ausente, al ponerse su ‘9’ al celebrar.

El trámite del encuentro fue otro. La blanquirroja iba por más y no dejaba de generar peligro sobre la zona de los ‘All Whites’, quienes lucían desconcertados por el cambio de ritmo del oncena local. A falta de cinco para ir al descanso, otra vez, Farfán casi puso el segundo. Ya era demasiado para el hincha fiel que estaba en la tribuna. Para el complemento, iba a ver más.

Chris Wood ingresó para darle el empate a Nueva Zelanda. Pero, en los 45 restantes, no apareció salvo un cabezazo peligroso. Su selección quiso equilibrar el duelo y por eso presiono, presiono y presiono. Comenzaban a ganar las divididas y los tiros de esquina. Era el momento más complicado. Los fantasmas del pasado volvían. Sin embargo, el segundo golpe llegó. En un tiro de esquina a favor, cuando nadie lo tenía, estaba ahí: Christian Ramos se puso como un goleador de raza y de un zapatazo decretó el 2-0.

El resultado no se movió más. En adelante, la selección peruana manejó el balón con cautela y precisión. La mentalidad fría ya jugaba en el campo. La diferencia era importante. Con dos de diferencia, el refresco tenía que llegar del banco con André Carrillo, Yoshimar Yotún y Adrían Zela. Los tres cumplieron sus funciones a cabalidad. Dieron su granito de esfuerzo para que sobre los 87 minutos, la hinchada ya comenzará a pedir el final.

Los cuatro minutos extras fueron interminables. Los jugadores sobre el campo. El comando técnico en la banca. Los periodistas desde sus cabinas. Los hinchas desde las gradas. Paolo Guerrero, el gran capitán, desde Brasil. Todos querían llorar. La ausencia de 36 años se terminaba cuando el pitazo final del francés Clément Turpin y decía que algún día teníamos que retornar.  

Guillermo La Rosa podrá dormir tranquilo ahora: un peruano lo podrá reemplazar en la historia si anota un gol en Rusia 2018. Que esta generación de nuevos futbolistas como Farfán, Cueva, Carrillo, Polo, Flores y los demás, es una mirada al futuro para competir a nivel continental. Pero, de momento, solo queda festejar. Como en los días previos, un vídeo de la hinchada nacional decía que volveríamos al mundial. Sí, Perú, está de vuelta y con bastante calidad. @mundiario

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