Las tres razones por las que el Barcelona ya no es el mismo de la Supercopa

Jugadores del Barcelona celebran su goleada contra el Deportivo La Coruña. / Twitter-Invictos Somos
Jugadores del Barcelona celebran su goleada contra el Deportivo La Coruña. / Twitter-Invictos Somos

Lejos ha quedado aquel equipo débil y sin propuesta que fue barrido por el Real Madrid en la Supercopa de España. El Barcelona es un equipo nuevo para el Clásico.

Las tres razones por las que el Barcelona ya no es el mismo de la Supercopa

Cada vez parece más lejana aquella serie de la Supercopa de España en que el Real Madrid primero dejó enmudecido al Camp Nou con un 1-3 en la ida y luego, apenas un par de días después, barrió nuevamente al Barcelona con un 2-0 que para nada reflejaba la superioridad de los de Zinedine Zidane. El otoño se llevó consigo esa imagen de un equipo culé triste, sin ideas, sin recambios, impactado por la fuga de Neymar a París y que dejó que el Madrid hiciera con ellos lo que quisiera.

Hoy, a un par de días para el Clásico en el Santiago Bernabéu los de Ernesto Valverde parecen ser los primos de tercer grado de quienes dejaron las mandibulas regadas en la casa blanca. ¿Qué y por qué ha cambiado en el club catalán? ¿Cómo han pasado de ser humillados a dominar a placer LaLiga en apenas un par de meses?

De entrada, y esto es innegable, el equipo se ha recuperado del trauma de haberse desprendido del astro brasileño. La salida del jugador era cantada pero eso no quitaba el aire de tensión que se respiraba en el vestuario, especialmente tras la pelea entre el propio delantero y Semedo, recién llegado del Benfica de Portugal. Perder a un jugador como Neymar a las puertas de disputar un título contra el rival de siempre es un golpe anímico importante y el Barcelona de entrada no supo cómo asimilarlo. Aquello ha quedado atrás y, visto cómo le está yendo al 10 del PSG, parece que salió perdiendo más él que el club en sí.

A eso hay que agregar que Valverde ha sabido sacarle provecho a la plantilla que tiene. Se dice eso dando por hecho que el equipo que le armó Josep María Bartomeu dista mucho del equipo de lujo que se le armó a Luis Enrique cuando aterrizó en el Camp Nou. El fichaje más sonado del asturiano fue sin duda el de Luis Suárez, con todo y la suspensión que arrastraba de la Copa del Mundo de Brasil. El más sonado de Valverde fue el de Paulinho, aunque todos sabemos por qué. Pese a eso, el exadiestrador del Athletic de Bilbao ha exprimido al máximo la virtud de sus muchachos, incluso para disimular las falencias de otros compañeros de renglón, como Samuel Umtiti, que ha debido trabajar doble para evitar que las vergüenzas de Gerard Piqué en su rendimiento se conviertan en las del Barcelona. Discreto como es, el técnico se ha adaptado a lo que tiene y eso le hace grande.

Y por último, Leonel Messi. Es el mejor, ni qué dudarlo. No obstante, también es humano y la salida de su gran amigo Neymar le habrá dejado pensando. Es decir, era la primera vez que un jugador consagrado en el equipo le daba la espalda al mismo por el dinero y la ambición de los petrodólares, concebido que el PSG no es ni de cerca un equipo glorioso sino que con dinero intenta llegar a serlo. Ese revés pondría a cualquiera a pensar si está en el lugar correcto, todavía más viendo la ola de críticas a la directiva por su gestión deportiva y al equipo por su rendimiento en aquella fatídica Supercopa. El argentino se ha blindado de todo ello y ha vuelto a ser el líder espiritual de los suyos en el campo. Con Messi nuevamente pletórico, el Barcelona ha vuelto a mostrarle al mundo, y a Nasser Al-Khelafi, que mientras su 10 esté inspirado el equipo es capaz de todo. De todo, se dice, incluso ganar el sábado en la casa del bicampeón mundial.

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