Pepe Mel será el encargado de arreglar 'a desfeita' protagonizada por Tino y Garitano

Pepe Mel.
Pepe Mel, el elegido para salvar al Deportivo. / RRSS

Aunque haya sucedido tarde y mal, lo cierto es que la salida de Garitano del Deportivo no podía demorarse ni un segundo más, tras el bochorno sufrido ante el Leganés.

Pepe Mel será el encargado de arreglar 'a desfeita' protagonizada por Tino y Garitano

Ahora no vale de nada decir "ya lo dije yo justo el día en que lo ficharon". Da igual. No es momento ni de colgarse medallas ni de competir por ver quién predice mejor el futuro. El paso de Garitano por el Deportivo, ungido por Richard Barral y bendecido por Tino Fernández, ha sido de lo peor que se recuerda en el club blanquiazul, tanto a nivel de juego como de resultados. La marca de 19 puntos sobre 69 posibles quedará grabada en la historia del Depor como algo que jamás podrá volver a repetirse. Pero, sobre todo, lo que tiene que desterrar un equipo histórico como el RC Deportivo es tener en su banquillo a una plañidera en vez de a un entrenador. Y esa culpa la comparten el director deportivo y el presidente, como máximos responsables de haber prolongado hasta el absurdo una situación demencial desde el origen.

Para que en esta comedia no faltase ningún ingrediente, la despedida de Garitano resultó sonrojante, recordando a la famosa intervención del expresidente Zapatero en la Cumbre del Clima cuando soltó, así sin anestesia, aquella chufla de "la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento". En esta ocasión, solo faltó que las emotivas y huecas palabras del bueno de Gaizka estuviesen acompañadas con la música de fondo de Patxi Ferreira rasgando la guitarra y Ribera dirigiendo un coro de ángeles custodios.

El casting para elegir al nuevo entrenador se pareció a un episodio de 'El club de la comedia'

El sainete continuó a la hora de buscar entrenador, aunque bien es cierto que parece que la opinión es unánime en el deportivismo en cuanto a afirmar que el elegido, Pepe Mel, era la mejor opción posible. Porque el desfile de candidatos resultó demencial. En primer lugar, hay que darle la enhorabuena a la "Asociación de Amigos de las Gaviotas" porque no hubiese prosperado la candidatura de Martín Lasarte, ya que mucho me temo que con el machete al frente el balón se pasaría más tiempo sobrevolando las cubiertas de Riazor, ¡oh. las cubiertas de Riazor!, que rodando por el césped. 

Tampoco prosperó el intento de algún periodista local que triunfa en un programa nocturno de dudoso gusto de colocar a alguno de sus amiguetes, un entrenador con escaso currículum pero con el aval de ser exjugador blanquiazul, aunque hace unos años llegase a denunciar al club en el juzgado. Incluso se llegó a filtrar la composición de un tandem delirante, de lo misma forma que se podía haber propuesto a la versión moderna del trío de la bencina.

Al final se impuso el criterio del Presidente frente a la última sugerencia del Director Deportivo

Ya cuando parecía que la decisión estaba clara y que Pepe Mel era el elegido, la decisión se demoró, según parece, ante el intento de Richard Barral de darle una vuelta más al columpio para colocar, previa sugerencia de algún medio de comunicación, a Luis García. Sí, sí, Luis García, el entrenador de uno de los equipos que hace unas temporadas participó en el amaño de un partido que condenó al Deportivo a descender a segunda división. Desde luego, ésta no era la mejor carta de presentación para aterrizar ante una afición desencantada y quemada.

Al final, nombramiento de Pepe Mel, quien a toda prisa ha tenido que ponerse manos a la obra para trabajar en la reanimación de un enfermo al que Garitano, con la complicidad de Tino y Barral, han dejado en fase casi terminal. Pero lo cierto es que, aunque el calendario es terrorífico, hay margen de maniobra para cambiar la dinámica y que el paciente salga de la UCI. Y la mejor forma de conseguirlo es, sin duda, que el nuevo míster consiga convencer a sus jugadores de lo que les ha dicho en la primera sesión de entrenamiento: "La pelota se pierde, no se regala. Y si la pierdo, hay que robarla, no mirarla". Amén.

Suerte y fútbol, míster... pero sobre todo mucho fútbol, porque es algo de lo que hace mucho tiempo no disfrutan los aficionados deportivistas.

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