Pep Guardiola ha comandado una temporada insatisfactoria con el Manchester City

Pep Guardiola. / RRSS
Pep Guardiola. / RRSS

En agosto pasado, los aficionados del Manchester City se reunieron en el Etihad con una sensación de gran expectación por el gran partido de apertura de Pep Guardiola contra el Sunderland.

Pep Guardiola ha comandado una temporada insatisfactoria con el Manchester City

En un partido del Manchester City contra el Arsenal que representaba la única esperanza de gloria esta temporada, el City disfrutó de una posesión abrumadora, tuvo un gol erróneamente anulado, y golpeó el marco de la portería dos veces. Aún así el fútbol se gana con goles, y el City de Guardiola se vuelve a quedar en la orilla. 

Con una serie de partidos de alto perfil que han sido muy mal encarrilados esta temporada, algunos aficionados se preguntan si la derrota ante el Arsenal representaba la muerte de un enfoque demasiado centrado en la posesión y el balón en los pies, pero que no se ajusta del todo al ritmo de la Premier, y por qué no, quizá tampoco al ritmo del fútbol moderno. 

Con Guardiola, muchos creían que el cielo era el límite. El inicio del año futbolístico prometía muchas cosas, pero la realidad siempre hace su aparición y ha demostrado ser superior a los deseos. Sí que hubo un cúmulo de situaciones potencialmente ganadoras y en distintos torneos, pero a menudo se convirtieron en lo opuesto por no adaptarse a las circunstancias. El estilo de Guardiola ha sido exhibido y tiene cada vez menos credibilidad por lo poco efectivo que resulta. 

Uno por uno, las luces brillantes se han extinguido. Ahora no queda nada sino una lucha cada vez más sombría para acabar por encima del gran rival: el Manchester United de Mourinho. Que la temporada termine así a pesar del grado de inversión y prestigio que maneja este club es sencillamente algo desdichado.

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