Papá, ¿por qué a los del Atleti nos toman por gilipollas?

Gol ilegal de Sergio Ramos frente al Málaga en el Bernabéu
Gol ilegal de Sergio Ramos frente al Málaga en el Bernabéu.

El error arbitral con el equipo de Tebas de por medio está prácticamente garantizado. Es más seguro el error arbitral a favor del Real Madrid que Messi tirando faltas, opina el autor.

Papá, ¿por qué a los del Atleti nos toman por gilipollas?

Eso es lo que miles de pequeños, que no idiotas, aficionados colchoneros se pueden estar preguntando en estos momentos. Eso es lo que muchos de ellos pueden estar pensando después de ver como ayer a Griezmann le anularon un golazo, una auténtica obra de arte que podría haber significado la victoria en San Mamés frente al Athletic Club. Esa es la única explicación razonable para que un árbitro como Iglesias Villanueva añada solo tres minutos de descuento después de que él mismo hubiese contabilizado, cronómetro en mano, bastante más de tres minutos de parón tan sólo en una indisposición del central bilbaíno Laporte en la segunda parte del encuentro.Es del todo inadmisible que Iglesias Villanueva añada tan sólo 3 minutos de descuento cuando él mismo ha cronometrado más tiempo de parón en una sola acción del juego. Algo así, aunque parezca trivial, implica una falta de profesionalidad grave y el Atlético de Madrid debería presentar una queja formal al respecto

Los errores arbitrales en nuestro país siempre obedecen a una lógica tan simple como aplastante: en caso de duda queda terminantemente prohibido favorecer con una decisión arbitral a cualquier equipo que no sea el Real Madrid. Y al revés: en caso de duda, y sin ella también, queda terminantemente prohibido perjudicar al Real Madrid directa o indirectamente, con cualquier decisión arbitral por justa y evidente que ésta sea, bajo amenaza inminente de neverazo selectivo, descenso de categoría y retirada forzosa del arbitraje profesional. Esa es la oscura realidad y el principal motivo del pésimo nivel del arbitraje español. Y ex-árbitros como Ayza Gámez pueden dar buena fe de ello al haber vivido personalmente esa nefasta experiencia. 

El sábado el Real Madrid ganó al Málaga en el Bernabéu con un gol ilegal en clamoroso fuera de juego, cómo no, de Sergio Ramos. En la otra cara de la moneda al Atleti, ante la duda, le anularon injustamente una acción que terminó en gol y hubiese podido darle los tres puntos. Al Real Madrid de Florentino Pérez se le ha beneficiado directamente con "errores arbitrales" en la escandalosa y sonrojante cifra de 21 partidos tras 29 partidos disputados en lo que va de temporada contando todas las competiciones. ¡21de 29 oiga! El error arbitral con el equipo de Tebas de por medio está prácticamente garantizado. Es más seguro el error arbitral a favor del Real Madrid que Messi tirando faltas. Y algo así no se puede calificar como una interminable cadena de errores humanos: son errores de unos árbitros que salen al campo tremendamente condicionados, temerosos a sabiendas de que su carrera arbitral tan sólo depende de contra quién deben o no equivocarse.

A cualquier atlético de bien se le caería la cara de vergüenza si al equipo de Simeone le hubiesen beneficiado en 21 partidos de 29 jugados. Porque eso sería adulterar la competición en vez de competir. Y porque a la inmensa mayoría les daría vergüenza ajena liderar el campeonato nacional en esas circunstancias. A un buen atlético le repugnaría ganar de la forma en que lo hace el Real Madrid de Florentino: con errores arbitrales determinantes en dos de cada tres partidos disputados. Lo que sí debería haber es un mínimo de profesionalidad hacia el Atlético de Madrid por parte del estamento arbitral. Y la razón principal de que ese mínimo de profesionalidad arbitral hacia el Atleti brille por su ausencia, como se desprende del pírrico descuento de ayer en San Mamés, es que el presidente del Atlético de Madrid es un payaso.

Enrique Cerezo es ese presidente que no se intimida ante un aficionado que le increpa desde la grada. Pero cuando se trata de exigir un mínimo de profesionalidad por parte del estamento arbitral hacia su equipo, cuando se trata de velar por los intereses deportivos y la viabilidad económica de su propio club (la tercera plaza liguera que da acceso directo a la Champions es la base indispensable de esa viabilidad económica y el objetivo fundamental de la presente temporada) entonces Cerezo agacha las orejas y se la envaina. Porque eso es lo que suelen hacer los más cobardes: bravuconear a costa del débil mientras el poderoso se les caga encima. 

Decía Cerezo hace unos días que el Atleti tenía categoría para remontar y quedar tercero en Liga. Y la tiene. Pero con los árbitros pitando "peligro" cada vez que el Atleti esté a punto de marcar va a ser extremadamente difícil que lo consiga. Y sólo un perfecto gilipollas como Enrique Cerezo podría no darse cuenta de algo tan obvio.

Comentarios