Jack Wilshere: una carrera prometedora salpicada por las lesiones

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El calvario de Wilshere con las lesiones comenzó en 2012. / RR SS

La carrera futbolística de Wilshere, considerado uno de los jugadores con más proyección de Inglaterra, ha estado marcada por las recurrentes lesiones, sobre todo de tobillo. Ahora, con 24 años, busca volver a sentirse futbolista lejos del calor del Emirates.

Jack Wilshere: una carrera prometedora salpicada por las lesiones

El simple hecho de llegar a la cantera del Arsenal con 9 años ya es un hecho diferencial. Fabricado y moldeado con la filosofía ‘Gunner’, siempre fue varios pasos por delante de lo que le correspondía a su edad. En 2008 y con tan solo 16 años debutó en Premier League frente al Blackburn Rovers, arrebatándole el récord de precocidad al espejo donde se miraba: Cesc Fàbregas. Su debut no pasó inadvertido. Jack Wilshere estaba llamado a ser el primer gran producto de la factoría de sueños y de jóvenes de Hale End.

Arsène Wenger tenía un diamante en bruto a falta de pulir. La cesión al Bolton Wanderers en 2009 le hizo crecer aún más como futbolista, encontrando la continuidad en el juego que necesitaba. Finalizados los 6 meses de mili futbolística, el técnico francés ya tenía planes para él y no iba a dejar que ningún otro club disfrutase de Jack.

Criterio en el pase, dotes de mando, creatividad y gol. Con capacidad física para la recuperación e inteligencia para la colocación, destacó junto a Cesc y se hizo un fijo en la sala de máquinas londinense. La llamada del combinado nacional no se hizo esperar y con solo 18 años, en 2010, haría su debut con los “Tres Leones” contra el combinado de Hungría. Capello, que por aquel entonces dirigía la selección, llegó a afirmar que Wilshere sería, tarde o temprano, capitán de la selección. Palabras mayores.

Nombrado ‘Mejor jugador joven del año’ en 2011, estaba en la cima, era el líder de su equipo y soñaba con alcanzar la gloria. Sin embargo, los tobillos le traicionaron y privaron, hasta el día de hoy, de cumplir su sueño.

Primero fue el derecho. Se lo rompió en la pretemporada de 2012 en el Emirates, en un amistoso ante los New York Red Bulls, y su vida se convirtió en un calvario. Operaciones, recaídas e interminables sesiones de recuperación. En la temporada 2013, fue su tobillo izquierdo el que se resintió y le obligó a parar o competir con dolor. “Jack juega con analgésicos y solo cuando le necesitamos”, dijo Wenger.

La estrella del Arsenal y la máxima esperanza inglesa no ha vuelto a ser el que era y su carrera ha transcurrido más en la enfermería que en los terrenos de juego. De 190 partidos disputados por el Arsenal sólo en Premier desde 2011, Wilshere sólo ha aparecido en 66.

Al comienzo de la presente temporada, el jugador admitía estar frustrado con las lesiones pero seguía teniendo ilusión por saltar al campo cada fin de semana. No obstante, daba la sensación de haberse estancado y su presencia en el once era una quimera. Solo había una solución.

El último día de mercado saltó la bomba. El chico que había mamado Arsenal desde que entrase en la academia con 9 años y, al cual le juró amor eterno, se marchaba al Bournemouth en calidad de cedido con un solo objetivo: volver más fuerte que nunca.

Tiene 24 años y la oportunidad de sentirse jugador de nuevo. Progresar, salir de ese estancamiento en el que lleva casi 5 años y liderar un equipo. No encadenaba 5 partidos consecutivos como titular desde 2013 y, ayer contra el Tottenham, completó los 90 minutos por primera vez desde 2014. Poco a poco, Jack Wilshere está cobrando protagonismo.

Todo el mundo le espera. Su actual club para darles un plus esta campaña, Inglaterra y, sobre todo, el Arsenal. Un tobillo que le ha dado más de un dolor de cabeza es el mayor culpable de que los amantes del fútbol solamente hayamos podido ver unas pinceladas de todo el talento que atesora Jack en su bota izquierda.

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