Algoritmos informáticos, los nuevos especialistas en cómo hacer música y cine

Frank Underwood en House of Cards. / huhmagazine.co.uk
Frank Underwood en House of Cards. / huhmagazine.co.uk

Las tecnologías informáticas se han transformado en una gran disciplina auxiliar para afamados directores y para grandes compañías del mundo del entertainment.

Algoritmos informáticos, los nuevos especialistas en cómo hacer música y cine

En el dinámico y acelerado ritmo en que se desenvuelven las sociedades de Occidente, el mundo de las artes como la música y el cine, no están ajenas a ser afectadas para bien o para mal, por los procesos históricos que caracterizan la modernidad. En un escenario de mercados cada vez más competitivos (un rasgo típico de la economía neoliberal), la creación también está sujeta al juego de la oferta y la demanda, y por lo mismo, para creadores y artistas contemporáneos, se hace difícil sobrevivir dentro de un entorno hostil, donde se debe resistir la presión de la competencia, la demanda de un público cada vez más exigente y los vaivenes que experimentan cíclicamente los mercados financieros del mundo. Es una apuesta riesgosa, donde muchos proyectos se juegan el todo o nada hacia un destino que puede derivar en el más bullado de los éxitos o en el más rotundo fracaso. Y no es tan simple como se lee, pues en ello se comprometen carreras profesionales y altas cifras de dinero invertido, sin contar los esfuerzos y las horas de trabajo empleadas en la realización de una obra; se trate de una película, una canción o una serie televisiva. Es difícil en tales circunstancias, catalogar a un producto artístico de “novedoso”, en una época en la que pareciera que todo ya ha sido descubierto.

Por esta razón es que otro campo de la inventiva humana, la tecnología, se ha puesto al servicio de la creatividad, como una forma de paliar una suerte de crisis de talento en el mundo de las artes, donde además la industria del show business debe responder a audiencias empoderadas, que paulatinamente han ido perdiendo la capacidad de asombro. Desde esta perspectiva, las tecnologías informáticas se han transformado en una gran disciplina auxiliar para afamados directores y para grandes compañías del mundo del entertainment.

Conocido es el caso de la serie de Netflix, House of Cards, la cual fue realizada a partir de los datos obtenidos por un algoritmo que recabó información sobre los hábitos de consumo de millones de usuarios (similar a lo que hacen las búsquedas de Google), y en función de las preferencias del público que reveló el resultado de ese sondeo, se determinó quiénes serían los protagonistas, quién su director y en qué consistiría el argumento. El resto de la historia ya es conocida: la serie lleva 5 temporadas con un gran respaldo de parte de la audiencia, ha recibido múltiples elogios de parte del sitio web especializado en cine y televisión Rotten Tomatoes, además de importantes nominaciones a Premios Emmy, Globo de Oro y premiación al talento de David Fincher como mejor director.

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