Pasar de moda o morir de éxito, los riesgos del Camino de Santiago

Si se cumplen las previsiones, a 31 de diciembre se habrán expedido cerca de trescientas mil “compostelas”. Año tras año se siguen batiendo records en una progresión tan imparable como preocupante para los que creen que la masificación del Camino de Santiago está desnaturalizando la vía de peregrinación hasta convertirla en especie de una ruta de trekking para andarines intrépidos o una opción más de turismo activo y cultural de bajo coste, con las que, sin embargo, se gana la vida mucha gente dentro y fuera de Galicia.

En opinión de los expertos, el incremento de la afluencia de peregrinos a Compostela es inversamente proporcional al conocimiento sobre el fenómeno jacobeo. La gran mayoría de los que de un tiempo a esta parte deciden echarse al camino francés, al portugués, a las rutas del Norte o a la Vía de la Plata desconocen incluso los aspectos esenciales de una tradición milenaria, la de la peregrinación a Santiago, que como tal mereció, hace ahora treinta años, la declaración de primer itinerario cultural europeo.

Para luchar contra ese desconocimiento nació en 2015 la Academia Xacobea, a la que acaba de dar luz verde el Consello de la Xunta. Sus principales objetivos son promover la investigación sobre el Camino de Santiago y difundir en todos los ámbitos los valores universales que le dan sentido. Entre sus actividades estará la organización de congresos, simposios o seminarios; la edición de publicaciones o la creación de premios becas y distinciones. Nace también con el propósito de colaborar lealmente con todas las instituciones públicas o entidades privadas que compartan sus fines.

Capitanea la Academia Xacobea el abogado y exconselleiro Xesús Palmou. Asume las funciones de director, aunque su principal tarea por ahora es completar el elenco de los treinta miembros de número que compondrán el plenario del organismo, reclutándolos entre personalidades de toda España y de distintos lugares del mundo considerados autoridades en la materia o que se han distinguido por contribuir de alguna manera a impulsar el renacimiento del fenómeno jacobeo.

Piensa Palmou que cuanto mejor se conozca y más ampliamente se difunda la auténtica dimensión de lo que él denomina “la calle mayor de Europa”, más garantías tendremos de que sobreviva al espectacular bum que parece estar viviendo en nuestros días. Se trata de conjurar el riesgo de que pase de moda, o -lo que sería aún peor- que muera de éxito, como ya le está ocurriendo a algunos de los principales destinos turísticos, donde la aglomeración de multitudes no permite apreciar el patrimonio monumental, ni gozarlo, directamente lo daña, o lo reduce a un parque temático. En cualquier caso, la imparable masificación y mercantilización de las rutas jacobeas puede acabar por disuadir a quienes conciben la peregrinación como la experiencia espiritual que le dio su auténtico sentido desde la noche de los tiempos. Cuando los verdaderos peregrinos sean una franca minoría, el Camino tendrá firmada su sentencia de muerte. @mundiario