Cuando las peregrinaciones languidecieron en Europa, Santiago se proyectó en el Nuevo Mundo
El Camino de Santiago también es muy conocido al otro lado del Atlántico y Santiago da nombre a innumerables lugares y ciudades del continente americano, algunas, como Santiago de los Caballeros.
A finales del siglo XVI, el enfrentamiento hispano - inglés y la presencia en las costas gallegas de piratas, muy especialmente, la presencia de Drake en A Coruña en 1589, hizo que la Iglesia compostelana ocultara, por largo tiempo, las reliquias documentales y los restos del Apóstol, fundamental valor simbólico del culto Jacobeo y de las peregrinaciones del Camino de Santiago.
También se somete a revisión, por parte de importantes Juntas del Reino de finales del Siglo XVI, el privilegio del llamado Voto de Santiago, base documental que justificaba la renta para el sostenimiento del Culto Jacobeo y del Hospital de Peregrinos, abierto por los Reyes Católicos, que a mediados del Siglo XVI ya se había convertido en un hospital en el que la presencia de peregrinos era ya muy minoritaria.
Letizia, junto al Rey, observa a Santa Teresa.
Comienza así, un combate religioso, literario, histórico y político, en el que jugó también un papel importante la propuesta de Teresa de Jesús como Copatrona de España. Un debate que, finalmente, se cierra con la victoria de los Jacobistas.
Pero, mientras las peregrinaciones languidecen en España y Europa, Santiago se proyecta en el Nuevo Mundo. No faltan leyendas que sitúan al Apóstol en la conquista de América.
Cristóbal Colón funda en 1495, en La Española, hoy República Dominicana, la primera ciudad con el nombre de Santiago. Actualmente, Santiago da nombre a innumerables lugares y ciudades del continente americano, algunas, como Santiago de los Caballeros en Guatemala, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Ya en eI siglo XVII, surge la tradición de la ofrenda anual al Apóstol Santiago por parte del Monarca, al establecer Felipe IV en 1643 una ofrenda de mil escudos de oro anuales, destinados a financiar el Culto al Apóstol en la Catedral Compostelana y entregados solemnemente el día 25 de julio de cada año. Esta ofrenda fue ampliada con dos más, una el 30 de diciembre de cada año, para conmemorar la traslación, y la tercera el 25 de julio del Año Jubilar o Año Santo, coincidiendo con la presencia de los Reyes en Compostela. Tradiciones que hoy se mantienen.
