Compostela para peregrinos llegados por el Camino de Santiago (1)

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Maestro Mateo: Santo dos croques. / Juan Ramón Baliñas Bueno.

En el final del Camino los peregrinos cumplen con algunos ritos, pero además muchos tratan de conocer la historia y cultura de una ciudad fascinante: Compostela.

Compostela para peregrinos llegados por el Camino de Santiago (1)

Ver y conocer Santiago de Compostela no es cuestión de algunas horas, es tarea de varias visitas a realizar en distintas estaciones del año mientras se acude a la Catedral, se pasea por sus calles y se estudia su amplia historia. Santiago es una ciudad monumental, un prodigio en piedra, una joya del arte mundial, en suma, una ciudad fascinante.

Los nacidos en Galicia la visitan a muy temprana edad cuando acompañados por sus padres van a dar el "croque", chichón, a la cabeza del maestro Mateo, después se vuelve muchas veces más por diversos motivos: a examinarse, por Año Santo, como peregrino etc.

Poco a poco se va conociendo la ciudad en sus distintas facetas, asombrándonos primero, sorpren­diéndo­nos después y admirando más adelante las cosas que visita tras visita se van descubriendo.

Una vez se conoce Santiago produce enorme satisfacción ser acompañante en una visita a la ciudad, aunque sea conocida por los que la visitan siempre quedan sorprendidos de los grandes y pequeños detalles que se les habían escapado, produce sorpresa en el que escucha y reconforta al que habla.

Fruto de estas experiencias son estos artículos donde se intenta plasmar en lenguaje sencillo, no exento de datos, fechas y nombres técnicos, el pasado historia y presente de Santiago de Compostela.

Prehistoria

Cuando se desea conocer datos sobre algún hecho o lugar para referir su pasado se acude a los primeros documentos escritos que existen sobre ello, es la historia que empieza en el momento en que existen esos documentos escritos, antes de esto lo que tenemos  es prehistoria.

Cuando se desea referir acontecimientos más antiguos que de los que se poseen escritos se debe analizar sobre el terreno los elementos materiales existentes en ese espacio, con excavaciones, para estudiar y analizar los restos y piedras encontrados que permite a los estudiosos deducir hechos, es lo que se llama prehistoria.

El espacio ocupado hoy por Santiago de Compostela posiblemente estuviese habitado desde la edad de piedra, asentamiento de población en los años 5.000 a.d.c, en el Megalítico, significa cultura de grandes piedras, que ha dejado en Santiago el nombre de "Porta da Mámoa", Puerta de la Mámoa.

Una mámoa es una montaña de tierra que escondía dólmenes, un enterramiento prehistórico, en Santiago existió una mámoa. Los pueblos primitivos en sus movimientos migratorios buscaban zonas para asentarse, de orografía suave y clima benigno. La zona de Santiago era ideal para un asentamiento por su orografía, clima, y entre las cuencas de los ríos Sar y Sarela.

Mucho más tarde, en los años 600 a.d.c., los Celtas ocupaban el lugar en los castros existentes alrededor de la ciudad. Dos encontramos dentro de ella, el castro de San Fiz de Solovío y el castro de Santa Susana.

Ya en los primeros años de nuestra era tenemos el vestigio de la Cripta del Apóstol, un enterramiento romano del siglo I. Por las excavaciones llevadas a cabo en la nave central de la Catedral y en la plaza de la Quintana se encontraron enterramientos romanos del siglo I al V. Santiago era sitio de paso entre dos calzadas romanas: la XIX iba de Braga, Portu­gal, a Lugo por Iria Flavia y la XX llamada "Per loca maríti­ma" desde Roma daba la vuelta a todo el Imperio por la costa. El ramal que pasaba por Santiago discurría desde "Aqua Celenis" a "Brigantia", de Caldas a A Coruña.

Desde muy antiguo este lugar era visitado por distintas gentes del imperio que acudían al cercano Finisterrae, el fin de la tierra, donde se encontraba el "Promontorium Nerium" en el que estaba el "Ara Solis", altar dedicado a adorar al Sol.

Anécdota

Según los geógrafos clásicos "el sol tenía su casa en Finisterre", describían como cada día se metía el sol en el océano, "produciendo un ruido como cuando se mete un hierro candente en el agua", según claro está los escritos de los clásicos.

Como hoy en día era lugar de peregrinación, ya desde los celtas era sitio sagrado "consideraban que desde aquí se embarcaban los espíritus de cada hombre hacia el otro mundo".

Cerca de Santiago está el Pico Sacro, Monte Iliceno al que los romanos llamaban Sacer, era sagrado para ellos estando prohibido tocarlo con el hierro seguramente para no extraer el oro de su interior.

Dice la tradición que cuando se deseaba pedir algo al sagrado monte se acudía con un trozo de pan, se ofrecía y se dejaba caer, mientras se exclamaba. -"Pico Sacro, Pico Sacro, líbrame del mal que traigo"-.

Más tarde en el año 411, los suevos se establecieron en Santiago, en las excavaciones realizadas en dos épocas sucesivas en la Catedral se descubrieron unos enterramientos Suevos-Visigóticos de los siglos V al VII. Posteriormente el lugar fue abandonado no existiendo vestigios ni necrópolis hasta después del año 813.

(Continuará) @mundiario

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