El neoliberal Juan Iranzo no solo sorprende por haber gastado en Women Secret

Ahí están sus teorías económicas, a menudo contradictorias, pero no menos desde luego que su interpretación de cómo se declara el IRPF. Merece la pena releer algunas de sus ideas económicas.

Juan Iranzo, economista próximo al PP, exconsejero de Caja Madrid, nombrado consejero del CES, próximo a FAES, y que dimitió por el escándalo de cargar 46.800 euros de sus gastos personales a una tarjeta de Caja Madrid considerada opaca, también se fue del consejo de Red Eléctrica Española, del Patronato de Acción contra el Hambre y del Instituto Económico de Alicante. Ya ha manifestado: “No pienso dimitir de ningún cargo más”. Y es que Iranzo es también presidente del Colegio de Economistas de Madrid, catedrático de la UNED, del master de IE Business School, consejero del Ministerio de Sanidad y de otras entidades y empresas.

Iranzo ha utilizado una tarjeta de Caja Madrid (en gastos personales, no en gastos de representación y no ha declarado el ingreso) cargando los gastos a la caja en un momento en que ésta procedía a desahucios de viviendas, a vender preferentes a jubilados que luego perdieron su dinero. Caja que se ha tenido que rescatar con el dinero de todos por importe de 22.000 millones de euros.

Juan Iranzo lleva muchos años en la actualidad como un reconocido economista ético, defensor de las teorías más liberales. Teorías que defienden políticas egoístas:

> Reducir el Estado al mínimo, excepto los jueces (que defienden la propiedad privada), la policía y la defensa.

> Acabar con el Estado de bienestar, las altas jubilaciones, etcétera.

> Privatizar empresas públicas.

> Aplicar políticas de oferta eliminando regulación comercial, favoreciendo la producción con rebaja de salarios e impuestos para que bajen precios y se consuma más.

En resumen, teorías muy diferentes de la política económica de los economistas socialdemócratas, que defienden unas políticas más progresistas de incremento de la demanda agregada.

Iranzo, un personaje popular en economía, se ha prodigado y paseado como nadie por los medios de comunicación, televisiones, tertulias, congresos y conferencias donde mantenía una actitud dialogante, educada, de honestidad y de ética. Pero a raíz de la utilización egoísta de la tarjeta opaca al fisco se ha visto vilipendiado en los medios de comunicación que piden su dimisión. Llevaba desde el año 2008 -e incluso antes- haciendo declaraciones y propuestas que no tienen desperdicio:

> “La medida de los 400 euros (de Zapatero) ha provocado el déficit”.

> “En el mejor de los casos la economía española tocará fondo en el verano de 2009”.

> “No se sale de la crisis con más impuestos”.

> "Defiendo la instalación de 10 centrales nucleares".

> “El actual sistema sanitario es una de las mayores amenazas del Estado de Bienestar”.

> "Invito a pasar a un sistema de pensiones de capitalización".

-califica la medida de recortes del PSOE, de perversas.

> “Bancaja y CAM son buenas novias para otras cajas”.

> “El subsidio desincentiva la búsqueda de empleo”.

> "Veo bastante viable Bankia si se capitaliza".

> "El empleo volverá con la construcción”.

> “He preferido bajarme el sueldo a quedarme sin trabajo”.

> "Hay que empezar a pensar en bajar las cotizaciones sociales”.

> "España ha entrado en un protectorado económico y son necesarios más ajustes".

> “El modelo económico que propone Podemos es perverso”.

> “No hemos inspirado confianza porque no siempre se ha dicho la verdad”.

> “El capitalismo es el sistema más ético”.

Pese a las duras recetas económicas de un neoliberal que propone aplicar a la economía española, fue mucho más magnánimo consigo mismo a la hora de gastar con cargo a la tarjeta black de Caja Madrid, en quiebra técnica, en lencería, gafas, entradas de cine, estaciones de servicio, zapaterías, Hipercor, Ikea, El Corte Inglés etc. y no declarar su ingreso.

Resumiendo: se defiende diciendo que el importe utilizado era contabilizado como incentivo y gastos de representación, pero ni él ni la caja hicieron retención ni declaración en sociedades o IRPF, siendo por tanto un sobresueldo, opaco para Hacienda y a cargo de una caja casi quebrada.