España se recupera de la crisis económica pero elude el cambio de modelo

El ministro de Economía, Luis de Guindos.
El ministro de Economía, Luis de Guindos.

Pese a los nuevos datos macroeconómicos que avalan síntomas de recuperación, España aún adolece de un cambio de modelo que algunas empresas basan en la búsqueda de nuevos mercados.

España se recupera de la crisis económica pero elude el cambio de modelo

Pese a los nuevos datos macroeconómicos que avalan síntomas de recuperación, España aún adolece de un cambio de modelo que algunas empresas basan en la búsqueda de nuevos mercados.

Llevamos algo más de un año escuchando y comprobando con datos macroeconómicos que la economía se recupera de esa gran recesión que estalló definitivamente en 2008, tras años de crecimiento descontrolado. Las previsiones de crecimiento del PIB para 2015 de la mayoría de organismos y entidades privadas son incluso más optimistas que las del Gobierno español, llegando varias de ellas a rozar el 3%, como la del Banco de España (2,8%). De confirmarse, sería el doble del repunte registrado en 2014 (+1,4%).

Si nos ceñimos a estos y otros datos parece que la economía empieza a alejarse de su estigma depresivo, pero todavía son muchos (con razón) los que no se atreven a hablar de salida de la crisis e incluso recuperación hasta que el desempleo no empieza a bajar con fuerza. Quizás consciente de estas voces, el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, evita hablar de reducción del paro en sus mítines electorales, indicando exclusivamente que con sus recetas podrá crear medio millón de empleos anuales. Pero todos sabemos que no es lo mismo crear empleos que reducir el paro, aunque lo primero siempre sea una buena noticia.

Por eso, aunque podamos decir que sí hay recuperación de la economía en ciertos aspectos, todavía no hay una salida en firme de la crisis. Pero aunque el problema del paro pueda parecer el mayor de los males que impacta en la economía española, hay un aspecto que a largo plazo será más determinante para nuestro país y para evitar que volvamos a recaer en una situación similar. Se trata de la ausencia de un cambio en nuestro modelo productivo.

El regreso de los viejos motores económicos

Sobre este tema se habló largo y tendido durante la crisis, sobre todo en la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero (Rajoy se dedicó casi en exclusiva a la tijera). Pero ¿alguien sabe qué se ha hecho o cambiado realmente? A la vista de los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), parece que se ha hecho más bien poco. La construcción vuelve a tirar del empleo y la contratación en el sector servicios se mueve al vaivén del ciclo turístico. Vamos, que la evolución del PIB aún depende de los viejos motores.

Por su parte, la industria repunta algo, pero ya solo faltaba que cayera más teniendo en cuenta su menor tamaño en comparación con la media europea. Rajoy dijo algo sobre la reindustrialización, pero hasta ahora este plan solo ha consistido en sacarse fotos en fábricas de automóviles y en dar incentivos a los fabricantes a través del PIVE. Industrias autóctonas estratégicas como la láctea, la de energías renovables y biotecnológicas, por poner algunos ejemplos, no cuentan con el mismo mimo de La Moncloa.

El único cambio, la internacionalización

Tras unos más de seis años de dura crisis, el cambio de modelo auspiciado por los organismos públicos se ha quedado en una promesa, precisamente porque nunca sería rentable en unas elecciones. El cambio de modelo no tiene efectos en unos meses y eso puede significar perder el poder. A diferencia de los anglosajones, aquí no se piensa en la próxima generación, por lo que es probable que salgamos de este bache y es posible que el PP de Rajoy logre hacerlo. Pero será una especie de espejismo porque el problema de fondo sigue ahí. ¿Nos imaginamos una nueva tormenta financiera internacional? ¿Alguien cree que España, con su reforma laboral, podría evitar tasas de paro por encima del 20%? Seguramente nadie lo piense, ni el mismísimo presidente del Ejecutivo.

Entonces, ¿qué hemos hecho todo este tiempo? El Gobierno, poco. Si la economía crece es por el esfuerzo de las familias que han reducido su endeudamiento y, como no, el de miles de empresas que se las han ingeniado para sobrevivir. Y, un grupo cada vez más nutrido, está consolidando lo que sí se puede considerar como el único cambio de modelo productivo en España: el de la internacionalización.

Las empresas están ganando tamaño expandiéndose a otros mercados, lo que les permite crecer más sólidamente y más rápido debido a que diversifican su negocio. Y otras crecen adquiriendo su competencia, lo cual también es positivo si con eso pueden competir en mejores condiciones en mercados internacionales. Este sí es un cambio, pero ¿y cómo crecemos dentro de España? He ahí el gran reto.

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