Equiparar los ingresos de Cataluña con las comunidades forales sin tocar al resto es imposible

Artur Mas. / La Vanguardia
Artur Mas. / La Vanguardia

Tampoco se podrían igualar los ingresos per cápita de todas las comunidades de régimen común a los ingresos que reciben las comunidades forales, explica este experto.

Equiparar los ingresos de Cataluña con las comunidades forales sin tocar al resto es imposible

Tampoco se podrían igualar los ingresos per cápita de todas las comunidades de régimen común a los ingresos que reciben las comunidades forales, explica este experto.

El llamado “problema catalán” brota otra vez con fuerza. La reivindicación, el agravio comparativo, la incertidumbre y el riesgo, tienen de nuevo plena actualidad. La cintura de Don Arturo sigue fresca y contumaz. Maneja con habilidad el plebiscito, el expolio, el mitin y las balanzas fiscales, retorciendo con pasión razones e ideas hasta conseguir el voto y el aplauso.      

Así, reconocer los derechos forales del País Vasco y Navarra, en el proceso transitorio, provoca una situación conflictiva que intentó frenar, sin conseguirlo, el artículo 138 de la Constitución. Desde entonces, Cataluña encabezó irritada todas las reformas de la financiación autonómica (ampliar el espacio fiscal) para neutralizar así los agravios y las penas. Pero los ingresos adicionales que esas reformas generaban, tampoco eran satisfactorios. Por eso se buscaron acuerdos y fórmulas diversas entre Cataluña y el Estado, con incidencia no pequeña en la inversión y en otras decisiones más o menos silenciadas. La ruptura de estos pactos se produce cuando el Estatuto aflora ciertos cambios y el Tribunal Constitucional mandó a parar, enfureciendo a Don Jorge, a Don Arturo y a sus fieles compañeros de partido.

> Aumentar el cupo del País Vasco y Navarra para equiparar los ingresos per cápita de Cataluña a los que reciben las comunidades forales es decisión políticamente inimaginable

> Aumentar los ingresos per cápita de Cataluña, hasta el nivel de las comunidades forales, sin tocar al resto del sistema, es también otro imposible

> Tampoco se podrían igualar los ingresos per cápita de todas las comunidades de régimen común a los ingresos que reciben las forales

 

Porque la tarea tiene su complejidad. Veamos, a) aumentar el cupo del País Vasco y Navarra para equiparar los ingresos per cápita de Cataluña a los que reciben las Comunidades forales es decisión inimaginable en términos políticos; b) pero aumentar los ingresos per cápita de Cataluña, hasta el nivel que tienen las Comunidades forales, sin tocar al resto del sistema, es también otro imposible. Finalmente, tampoco se podrían igualar los ingresos per cápita de todas las Comunidades Autónomas de régimen común a los ingresos que reciben las Comunidades Forales en la actualidad. El dinero es insuficiente. Habría que reducir competencias y servicios del Estado y eso es también fantasía.

Por eso solo queda la solución federal para las Comunidades Autónomas de régimen común. Una solución que exige disciplina tributaria, solidaridad territorial y abundante educación democrática. Los ingresos por tributos propios y cedidos (con capacidad normativa), deben mantener el protagonismo mayor, ya que deben garantizar gran parte de la suficiencia financiera, la autonomía política y la responsabilidad fiscal. Los ingresos por transferencias y subvenciones completan la suficiencia financiera, garantizan la igualdad en el acceso a los servicios públicos e incentivan la colaboración institucional. Por otro lado, la transparencia es requisito elemental en el espacio común, propiciando así el correcto funcionamiento de las haciendas territoriales. El equilibrio básico de esta financiación incluye la disciplina que deben aportar los tributos propios, así como la justicia que deben ofrecer las transferencias y subvenciones. Una combinación clave para entender las políticas del federalismo, que también exige sólida educación democrática y abundante debate ciudadano.  

Estas son, a nuestro juicio, cuestiones relevantes que también explican la dimensión política y económica del actual problema catalán. Aunque Don Arturo las oculte, Don Mariano las desprecie y los medios de comunicación no las prioricen. Un Estado descentralizado es siempre organización compleja que se alimenta con sabiduría, diálogo y capacidad política para conseguir soluciones razonables y pacíficas. 

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