El caso Germanwings o ¿por qué se trata injustamente la enfermedad mental?

Manifiesto de FEAFES.
Manifiesto de FEAFES.

Es lamentable ver como, una vez más, una gran parte de los medio de comunicación fomentan los falsos estereotipos y el estigma que rodea a las enfermedades mentales.

El caso Germanwings o ¿por qué se trata injustamente la enfermedad mental?

Este viernes, la mayoría de medios comenzaban  a filtrar y desvelar datos sobre la posibilidad de que el copiloto de la compañía aérea Germanwins padeciese algún trastorno relacionado con su salud. Si esto se hubiese quedado ahí, en un mero dato sanitario, esta información no hubiera tenido mayor repercusión.

Si hubieran dicho que el copiloto tenía una diabetes, por ejemplo, por la que pudo llegar a estar de baja, podríamos pensar “Pobre, vaya mala suerte. Pero con una diabetes se puede llegar a vivir bien y trabajar si tomas una medicación adecuada y desarrollas unos hábitos de vida saludable”.

Pero lo que se ha filtrado es que el copiloto podría padecer una enfermedad mental.

¡“Enfermedad mental”!, se activan las alarmas, se empiezan a escuchar de fondo las sirenas. La sociedad, los medios y nosotros mismos reaccionamos buscando la información e imágenes que tenemos almacenada sobre las enfermedades mentales y los actos violentos. Entonces es cuando aparece el estigma sobre las enfermedades mentales.

El estigma es una construcción social, una desaprobación social severa de características o creencias personales que son percibidas como contrarias a las normas establecidas. Estigmatizar consiste en dar “un trato injusto que anula el reconocimiento de su igualdad y que restringe sus derechos”.

Algunos medios han llegado a insinuar o relacionar directamente el hecho de que padeciera una enfermedad con que hubiera estrellado un avión: “sufría de depresión, lo que habría llevado al copiloto a estrellar voluntariamente el aparato.”

Mito 1: las personas con enfermedad mental son peligrosas, violentas, agresivas

En realidad son más susceptibles de ser víctimas de un acto violento que de cometerlo. Esta imagen distorsionada está muy relacionada con la imagen que dan los medios de comunicación, los titulares sensacionalistas y el cine que relacionan esta con crímenes y actos violentos o delictivos, utilizando términos peyorativos como “loco” o “perturbado”. Desde luego no son fuentes científicas y no hay base científica para esta afirmación.

Según los datos de EUFAMI (European Federation of Associations of Families of People with mental illness) un 47% de las personas con enfermedades mentales han sido increpadas en público, un 26% han tenido que mudarse y un 83% de estas personas mencionan el estigma social y la discriminación como uno de los principales obstáculos para su recuperación.

Solo el 3 % de las personas con enfermedad mental cometen actos violentos, un porcentaje similar a la población en general. Esto tampoco nos diferencia.

Si estos datos no son suficientes para que cambiemos nuestra distorsionada manera de ver a las personas con una enfermedad mental, quizá sí lo haga saber que 1 de cada 4 personas desarrollaremos a lo largo de nuestra vida algún trastorno relacionado con la salud mental.

Campaña AFAES Canarias.

 

Yo no puedo saber qué pasó en ese avión, tampoco conozco la historia del copiloto. Tener una enfermedad mental, suicidarse y estrellar un avión con 150 pasajeros son tres cosas diferentes. ¿Podrían haberse dado todas a la vez?, lo desconozco. Lo que sí sé es que a veces, la necesidad que tenemos de justificar y buscarle una explicación a todo, incluso a esos horribles actos que no la tienen, nos genera miedo e inseguridad lógica y nos lleva a decir auténticas barbaridades e incluso a ser injustos.

El estigma que padecen las personas con enfermedad mental llega a hacer tanto daño, o más, como el que produce la propia enfermedad.

Las enfermedades mentales tienen tratamiento y el estigma también, pero el estigma es social y por ello su tratamiento depende de nosotros, de todos y cada uno.

Todo este tema me ha hecho recordar  la célebre frase de Goethe: "prefiero la injusticia al desorden". Yo prefiero quedarme con lo que decía Rosa de Luxemburgo: "Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres".

Y hago mío el lema de la campaña de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES): “No nos conformamos con ser iguales. Queremos ser felices”.

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